Último momento: se intoxicó el Luna Park

INTOXICADOS y toda su tropa de seguidores llegaron al estadio de la calle Corrientes después de cinco años de laburo y con un nuevo disco bajo el brazo. Desplegaron buen sonido, una lista extensa, unos pocos invitados y mucho buen humor.
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“En este lugar vi muchas peleas y hasta tocó JAMES BROWN. Bueno, hoy toca INTOXICADOS”


La estética, las composiciones, las letras y hasta las frases del doctor PITY ALVAREZ suelen dar que hablar y de hecho devinieron en cientos (tal vez miles) de pibitos estereotipados que imitan al cantante de INTOXICADOS en sus movimientos, su tono de voz inconfundible (¿BOB DYLAN con eterna resaca?) e inclusive el estilo de sus canciones. ¿Es que alguien puede negar que ALVAREZ haya inventado el “rocanrol” así como sobreabunda ahora? Y sin embargo, ¿acaso alguien puede acusarlo de haber hecho siempre lo mismo? No. Es él, así como lo ven: ni un genio ni un limado que no entiende nada. Es PITY, y punto.

Este señor proveniente de algún suburbio oscuro y acompañado por el destacado FELIPE BARROSO en guitarra, JORGE ROSSI en bajo y ABEL MEYER en batería, viene extendiendo las raíces de un proyecto que debutó en el desaparecido Cemento y que este mismísimo fin de semana llegó a un Luna Park colmado. Todo, en cinco años de trayectoria.


“Es nuestro primer Luna Park. Me chupa un huevo. A mí me gustaría tocar en la punta del Cerro Uritorco”


Blanco arriba, blanco abajo y blanco a los costados; así era es escenario que albergó hasta la una de la mañana a la gente intoxicada. Más allá, tres pantallas que sirvieron para pasar algunos videos preparados especialmente para la ocasión. Y desde ahí, en el costado, apareció la banda completa, un tecladista, dos percusionistas y tres jóvenes encargados de los vientos. La entrada fue solemne y de fondo sonaba “Hermano Tolueno”, colgadísimo tema del tercer y último compacto de la agrupación conocido como “Otro Día Más En El Planeta Tierra”.

Son nueve mil, dicen, los que esperaban saltar y cantar: nueve mil jóvenes (y algunos colados de otras décadas) que advirtieron la llegada de los músicos con impecable pañuelo stone, zapatillas de lona y toda la parafernalia atractiva e infaltable en este tipo de rituales rocanroleros. También se advirtió un petardo en el fondo del estadio, pero el “hijo de puta, hijo de puta” desde todos los rincones hizo que no se volviera a repetir nada por el estilo.


“¿La banda más grande del rocanrol dijeron? Pero si nosotros no tocamos rocanrol: tocamos canciones de amor”


Después de “Buen Día” (primer disco de INTOXICADOS), el cuarteto arriesgó, se la jugó, e intentó con éxito sacarse el mote que decía que la nueva banda era una mera continuación de VIEJAS LOCAS. Si bien en aquel debut discográfico ya aparecían perlas como el reggae “Como ganado”, la apertura definitiva llegó con “No Es Sólo Rock ‘n´Roll”, en donde convivieron y fueron aceptados tanto las baladas como el hip hop, el rap y algunas cosas más colgadas.

Por eso, no sorprendió que el Luna Park estallara de alegría con la elección de empezar con “Reggae para los amigos” y seguir con “Mi inteligencia intrapersonal”.

Luego, el grupo regaló una de las letras más bonitas que tiene su repertorio; esa historia “De la guitarra” que habla de la mujer que esperaba en la estación y que devoraba con la mirada al instrumento de las cuerdas. Porque el sueño de muchos puede ser cambiar el auto o tener una casa de fin de semana, pero el sueño de otros puede ser sólo tener una guitarra para tocar una canción como la de INTOXICADOS.


“Cuando debutamos en Obras hacía seis días que no dormía. Yo quiero cada vez ser un humano mejor y por eso hace sólo dos días que no duermo. ¡Soy un capo!”


La gente lo pedía desde antes que hubiera sonido. Es que el “vamos VIEJAS LO´” es un infaltable en cada recital donde se encuentre PITY. Siguiendo esos gritos, o tal vez por simple placer artístico, la banda se fue en busca de un descanso precisamente después de interpretar “Homero”, otro retrato crudo de la realidad de algunos barrios.

Fue allí cuando el recital se puso denso y algo monótono, tanto porque empezó a haber mucho tiempo muerto entre tema y tema como por el hecho de que el doctor ALVAREZ parecía no tener ninguna clase de apuro. En ese clima, aunque siempre con buena predisposición y ráfagas de humor, desfilaron el nuevo hit “Fuego” (“Estamos enfermos. Perdónennos”, una súplica post-Cromañon escrita por VIRUS), “Una señal” y “Espero que la vida” (de la última placa), y hasta “Needles & Pines” (cover de THE RAMONES, con el productor LEO MARTINEZ como invitado). ¡Chupáte esa mandarina!


“No aplaudan porque las drogas me gustan mucho, es una vergüenza. Me voy a ir a vivir a Córdoba; estoy contento porque voy a hacer algo por mí”


Si se habla de drogas, “Felicidad depresión” es un himno que intoxica de sólo escucharlo y que tiene una onda (nada más que onda y algunos arreglos) muy FLOYD. En el Luna la canción se escuchó con el teclado de EZEQUIEL ARAUJO, productor del disco actual y ex integrante de EL OTRO YO. Al terminar, y más allá de los aplausos, el “me dan ganas de alejarme, pero estando lejos quiero volver” quedó bastante tiempo flotando en el ambiente.

Algunos minutos después PITY preguntaba a sus compañeros con cara de perdido: “¿Empezaba en Re?”. Ante la afirmación, las nueve mil personas pudieron escuchar un destartalado tema nuevo que lleva el nombre de “Del mar”.


“¿¿¿Quieren agua dicen??? ¿No quieren cerveza, boludos?”


Pasó una versión enorme de “Departamento deshabitado”, que en unos diez minutos tuvo zapadas, corridas por todo el escenario y excelente nivel de euforia. Pasó también el recitado de dos rappers rosarinos que le hicieron la intro a “Una vela” y que terminaron haciendo de las suyas junto con ALVAREZ y el violero FELIPE. Por último, pasó “Mi Religión” con sus característico estribillo energizante, y luego de algunos temas más la banda desapareció por el mismo costado por el que había entrado.

Probablemente con el objetivo de hacer amena la espera por los bises, el mismo FELIPE BARROSO se animó a puntear canciones de NINO BRAVO y a mostrar su voz angelical para entonar “Bajan” de SPINETTA. Antes de volver a la lista preparada, todo INTOXICADOS despuntó el vicio con una ovacionada interpretación del “Brain damage” de PINK FLOYD.

PITY cazó el charango, lo rasgueó, la banda lo siguió, y “Duérmete niño” se hizo realidad ante miles de prolijos coristas. Ese sí era el final.


“Tengo ganas de ir a dormir chicos. ¿Qué? Si queres vení conmigo, todo bien”


Y así llegó la despedida de un espectáculo que empezó pasadas las nueve de la noche y terminó a la una, que tuvo 27 canciones más algunos agregados de último momento y que permitió escuchar en vivo buena parte de “Otro Día Más En El Planeta Tierra”.

Se va PITY, se va FELIPE, se va JORGE y se va ABEL; ni rápidos ni perezosos, ni ángeles ni demonios, ni genios ni mentes inertes. Son sólo INTOXICADOS que por las calles van. Con eso basta.

Nacho Girón (Redacción de El Acople)

Entrevista a PIER

“Podemos llegar a ser la banda más importante del país”
Así hablan el cantante RAMIRO y el violero AGUSTÍN CEREZO sobre el grupo de rock que formaron junto con EUGENIO (otro hermano más) y con NICOLÁS FERREIRÓS. A unos días de tocar en Obras por primera vez, Pier deja de lado la humildad y le apuesta todo a su proyecto.

El cuarteto nacido en 1995 se presenta este miércoles en el Templo del Rock (¿Estadio Pepsi Music? No, Obras Sanitarias), pero antes del debut, dos de los tres hermanos que componen la banda charlaron con EL ACOPLE sobre el camino que los depositó en la tan esperada parada de Avenida Del Libertador. Con cuatro discos editados y una reciente firma con la productora Pop Art, la misma agrupación analiza su fenómeno y dispara: “Lo que mejor hacemos es esto y tenemos que defender esta bandera”.

(El Acople) ¿Con qué meta nace Pier?
(Ramiro) El leit motiv por el que tocamos es para llegar a la mayor cantidad de gente posible. Venimos transitando un camino bastante duro, pero laburamos a conciencia y comprometiéndonos con el rock desde nuestros principios. La idea nuestra es poder mostrarle a los pibes que cuando uno realmente se dedica, con convicción y con real convencimiento, se puede. Es una actitud que va más allá de lo que hagas. En ese sentido fuimos perseverantes, insistentes, e hicimos de Pier un estilo de vida.

(El Acople) ¿Por qué fue duro ese camino al principio?
(Ramiro) Somos una banda que viene tocando desde hace diez años y hemos lidiado con un montón de obstáculos que tienen que ver, no sé... con el under. A base de mucho esfuerzo logramos, o estamos logrando, cumplir con nuestros objetivos: grabar discos, tocar en vivo, conocer distintos lugares del país, llegar a otros países también.

(El Acople) ¿En qué aparece la importancia del under?
(Ramiro) Mirá, creo que el under es algo lógico dentro de la carrera y la trayectoria de una banda. Es un escalón gigante que las agrupaciones tenemos que batallar. Nosotros en ese sentido, aunque tengamos la posibilidad de darnos a conocer más, creemos que el camino del under lo hemos transitado bien, hemos laburado a conciencia. Se puede decir que terminamos esa etapa cuando llegamos a tocar en Cemento...

(El Acople) ¿En Cemento? Es raro, generalmente el under empieza ahí...
(Ramiro) Hablamos en cuanto a la convocatoria. Cemento fue el quiebre con la cantidad de gente que nos venía a ver. Y también tuvo que ver con que la gente empezó a conocer más nuestra discografía y con una serie de variables relacionadas a la organización interna del grupo.
(Agustín) Yo creo que Cemento fue algo muy importante en la historia de todos los grupos. Pero más allá de eso, lo importante es que nosotros fuimos paso a paso, pisando sobre seguro, y esta llegada a Obras nos tiene afianzados como agrupación. No saltear etapas es fundamental.

(El Acople) Pero en el fondo el under no se deja nunca...
(Agustín) ¡Por eso! Los grupos de rock son under, nacen del under y siempre van a ser under. Lo que pasa es que en algún momento te vas haciendo más masivo en la convocatoria, y más profesional. Vas adquiriendo cosas que te va dando la experiencia, te vas profesionalizando.

(El Acople) ¿Formaron un proyecto que quiere llegar a la mayor cantidad de frentes posibles?
(Ramiro) Sí, el mensaje nuestro es bastante abarcativo. El rock es un fenómeno socio-cultural importante, o te diría el más importante, y como tal abarca muchas cosas. Así, desde nuestro lugar lo que queremos es jerarquizar el género y reivindicar el rock. No sé si somos educadores, pero bueno, nos sentimos responsables del lugar que ocupamos; sabemos que lo llevamos a cabo con errores y aciertos, pero siempre de la mejor manera posible.

(El Acople) Hablan de “educar”. ¿Asumen un rol de referentes sociales, entonces?
(Ramiro) No sé cómo repercute en los pibes lo que decimos. El público nuestro es muy pasional, muy fervoroso, y también nosotros somos así en la vida. Pero puede ser que los pibes de vez en cuando tomen alguna idea que hayamos escrito. Una idea, no una indicativa, porque nosotros no le indicamos nada a nadie ni somos generadores de nada que tenga que ver con lo autoritario. Simplemente hacemos lo que consideramos que está bien.

(El Acople) ¿Y a qué se refieren con eso de “reivindicar el rock”?
(Ramiro) Nos referimos a que a veces el rock es un género que está un tanto menospreciado. Desde nuestro humilde lugar queremos brindar lo mejor de nosotros para ese movimiento.

(El Acople) ¿Cómo era un show de Pier cuando iban los amigos nada más?
(Ramiro) Nuestros amigos siempre nos dieron una mano y nos hicieron el aguante. Los show eran realmente muy divertidos y muy serios, y la verdad es que los recordamos con mucha felicidad. Después sí, se fue sumando otra gente...

(El Acople) ¿Siguen estando los del principio?
(Ramiro) Sí, van a ir a Obras y todo... también se sienten partícipes. Y es así. Igual estamos agradecidos al público en general porque siempre fue muy cálido con nosotros. Además no hacemos ninguna diferenciación con la gente, no importa si viene desde hace diez años o desde hace poco. Lo que queremos es que todos los públicos se acoplen.

(El Acople) ¿Se les hizo más fácil ampliar su público al hacer rock? Tal vez si hacés otro tipo de música o queres arriesgar más, lamentablemente se te complica...
(Agustín) Lo que pasa es que el rock es la música más importante del mundo. Está bien, lo digo yo que hago rock, pero me parece que es así...
(Ramiro) De todas formas coincidamos que a nosotros no se nos ha hecho fácil el hecho de convocar. (Agustín) Hay públicos para todo, y cuando las cosas se hacen bien los resultados a la larga aparecen. Y eso se da en todos los géneros.

(El Acople) ¿Escucharemos algún día un tema reggae de Pier, por ejemplo?
(Ramiro) No, por ahora venimos con esto... pero por una cuestión de que venimos afianzándonos en lo que es el rock.
(Agustín) Por ahora lo que mejor hacemos es esto y creo que tenemos que defender esta bandera. Pero somos de escuchar mucho y de todo. Igual el futuro no se sabe...
(Ramiro) Nos gusta el flamenco, la música celta, y si algún día tenemos las ganas de hacer algo de eso, lo vamos a hacer.
(Agustín) Lo importante de las composiciones y de las creaciones artísticas es que tengan naturalidad, que no haya nada tirado de los pelos.

(El Acople) Da la sensación de que tocar en Obras después de Cromañon no es lo mismo: entra menos gente, a algunas bandas las derivan ahí si ya más o menos mueven gente... ¿ustedes qué piensan?
(Agustín) Lo que pasa es que hay muchas más bandas que antes, pero para nosotros tocar ahí es como siempre. Vamos a tocar en Obras, como tocó Sumo en Obras. Por ese lado, me parece que el logro de llegar es el mismo ahora o antes.

(El Acople) ¿Por qué llegan a Obras, para ustedes?
(Agustín) Llegamos a donde llegamos y sabemos que lo hicimos a base de esfuerzo, de sacrificio, y desde mi humilde opinión, a base de buenas canciones, de poner al rock en el lugar que se merece.
(Ramiro) Lo mejor de Pier es la perseverancia, la insistencia, la pasión y el sentimiento por lo que hacemos. Tratamos de plasmar lo que sentimos en cada una de las actividades relacionadas con la música. Como pensamos que estamos con algo genuino y de identidad propia, queremos y creemos que podemos llegar a ser la banda más importante del país. Para eso estamos.

Nuevo disco para 2006
Pier asegura que después del debut en Obras canalizará todas su fuerzas en el sucesor de “Seguir Latiendo”, que será el quinto disco de la agrupación.

“Todavía hay que cranearlo bien”, dice Ramiro. Y Agustín completa: “Ya hay cosas pero nos tenemos que meter con todo lo que es armado de los temas como para tratar de grabarlo entre marzo o abril de 2006. No hay ningún concepto en especial; queremos que sea un disco natural, que incluya lo que nos vaya saliendo. Supongo que irá tomando cierta forma cuando nos metamos más con ese tema”.


Estadía:
una hora

Paisaje:
oficinas de Pop Art

Clima:
distendido

Estimulante:
gaseosas y cerveza

Tercer tiempo:
fotografías varias

Entrevista: Nacho Girón (Redacción de El Acople)

El esperado regreso del INDIO

Sí, SOLARI volvió definitivamente. Sin los históricos compañeros de PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA, el pelado de la voz y el temple inigualable llegó al Estadio Unico de La Plata para confirmar su resurrección como solista, grabar un posible disco en vivo y dispersar cenizas de viejas épocas.
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Era él. Era su calva, su gloriosa calva, ahí, petrificada en el enorme escenario armado especialmente para el regreso del INDIO en el Estadio Unico de La Plata. Era el esperado retorno de ésa voz áspera e inigualable, misteriosa y omnipresente, descolocada y admirada. Era la vuelta a la vida de un personaje que durante los cuatro últimos años se volcó hacia la familia, la tranquilidad y también a la tan preciada soledad de una casa-quinta en Parque Leloir. Era el reencuentro con un mito estampado en millones de remeras, con el poeta urbano y de pluma admirable, con una leyenda que es leyenda desde siempre, tal vez por la cuidada construcción social de su figura. Era, en fin, un CARLOS SOLARI que volvió para quedarse.

Secundado por su banda LOS FUNDAMENTALISTAS DEL AIRE ACONDICIONADO –un septeto que entre guitarras, bajo, batería, vientos y DEBORAH DIXON, jugó un papel más que importante a lo largo del concierto-, el INDIO convocó a casi cien mil personas para su doblete triunfal en la ciudad de las diagonales, donde presentó su debut solista “El Tesoro De Los Inocentes (Bingo Fuel)”. Sin embargo, la pregunta implícita ante semejante movilización nacional fue... ¿venimos a ver al INDIO solista? ¿O venimos a ver al cantante de PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA?

La respuesta –esperable- llegó por parte del Observatorio Astronómico de La Plata: tanto el sábado como el domingo se detectaron sismos leves cuando desde las tablas bajó el himno “Jijiji” y el pogo más grande del mundo dejó de ser un simple sueño. Son datos reales difundidos por MIGUEL ELGARTE, encargado del área de Sismografía del Observatorio.


Maldición, ¿va a ser una noche hermosa?
500 policías, más de 600 personas de seguridad y por lo menos 100 inspectores municipales estuvieron encargados de vigilar un par espectáculos que –según gran cantidad de futurólogos- podría haber devuelto la violencia a los eventos masivos, pero que afortunadamente se desarrollaron en un clima de tranquilidad y de verdadera familiaridad rockera. Los pogos espontáneos en algunas estaciones de peaje o en ciertas esquinas platenses entre pibes que jamás habían tenido contacto son un buen ejemplo de ese ambiente familiar construido a base de acordes.

Cuando el cielo permitió observar claramente aquella luna tan hermosa que custodió todo el show, el INDIO apareció en escena con cara de póker y una llamativa camisa naranja que más tarde cambiaría por otras de colores apagados. Repito: era él. Era su calva, su gloriosa calva, ahí, petrificada en el enorme escenario y rodeada por cuatro pantallas que alternaron animaciones con imágenes de lo que sucedía en ese preciso momento.

Griterío de 48 mil almas. Silencio desde el escenario. El pelado cantaba, se movía, agitaba, ensayaba algunos saltitos... pero lo único que se escuchaba eran los reclamos unánimes de la gente. Un minuto después una consola parece enchufarse y desde la gran cantidad de amplificadores descendió el sonido de una fallida versión de “Nike es la cultura”, secundada por “Amenesia” y por “Tomasito podés oírme? Tomasito podés verme?”, con un sonido bajo y desilusionante.

Pero insisto: era él. Era su calva, su gloriosa calva. Y por lo tanto, una vez solucionados los inconvenientes, no hubo enojo que frenara la energía desatada por ese señor de 56 años que desde pendejo escribió su nombre con tinta indeleble en el libro rockero de la República Argentina.


Mientras más alto trepa el monito...
Así es la vida. El guitarrista SKAY BEILINSON –que ya sacó dos compactos excelentes- debutó de manera solista en Buenos Aires frente a algunas miles de personas; el INDIO, en cambio, tiró toda la carne al asador a pesar de haber reconocido en varias entrevistas que no tiene una buena visión para los negocios. “De hecho, yo no quería poner ‘Mi perro dinamita’ en el disco”, confesó en 2004.

Así es la vida, sí. Después de los problemas de sonido, el primer gran festejo masivo llegó gracias al clásico “Un ángel para tu soledad”. El pelado empezaba a cumplir lo prometido: hacer las canciones de LOS REDONDOS con los arreglos de siempre –a diferencia de SKAY, que suele versionar los temas- y regalarle al público las joyas que tanto esperaba. Además, rió varias veces y hasta pareció emocionado al escuchar el canto guerrero de los de abajo: “Olé, olé, olé, olá, ¡sólo te pido que se vuelvan a juntar!”. ¿Una señal o pura fantasía?

Así es la vida, también, porque volvieron a verse algunas bengalas y una serie larga de tres tiros, tanto en la función del sábado como en la del domingo. ¿Qué hizo el INDIO? Prefirió el silencio. Juicios de valor al margen, no debería olvidarse que 194 personas muertas es un buen numerito como para que el respeto sea más fuerte que un ataque de euforia en el medio de un concierto.

Así es la vida, al fin. El INDIO armó una lista de 25 temas en los que alternó con justeza los nuevos con los conocidos. ¿Los nuevos? Fueron 11 y se corearon de punta a punta del Estadio Unico, aunque los más festejados y aprendidos resultaron el impecable “El tesoro de los inocentes”, el desgarrador “Pabellón séptimo (relato de Horacio)” y el movedizo y electrónico “El charo chino”.

¿Qué pasó con los conocidos? Sorprendieron (“Fuegos de octubre”, “El lobo caído”, “Yo caníbal”), despertaron emoción y piel de gallina (“Ropa sucia”, “Tarea fina”) y generalizaron el desenfreno rockero de viejas épocas ricoteras (“Shoping disco-zen”, “Héroe del whisky”, “Nueva Roma”, “El pibe de los astilleros”, “Susanita”, “Un poco de amor francés”).

Párrafo aparte merece “Juguetes perdidos”, que con sus estrofas profundas logró alzar las manos de cada uno de los presentes y llevar el agradecimiento general a uno de los puntos más altos de ambos recitales.


¡No lo soñé!
Después de tres horas de show (aclaración: hubo tres intervalos) al INDIO se lo veía conforme. Había pasado el mal trago del principio, sus temas solistas, los clásicos, las referencias a los “talibanes” que le tiraban zapatillas y hasta el momento de aplausos para WALTER BULACIO. Sólo quedaba un “Jijiji” con las luces prendidas -como si el calvo encontrara excitación al ver el continuo golpe de los cuerpos- y un pequeño sismo en La Plata. El resto, ya es historia conocida.

Volvió un personaje que tal vez es más Rey que fundamentalista del aire acondicionado, que posiblemente sienta más afinidad por el pibe de los astilleros que por la piba de Blockbuster y que casi seguro adora los infiernos encantadores. Es Rey, y no soltó el patín. Nunca podrá soltarlo.

Nacho Girón (Redacción de El Acople)

Un Cielo Razzo que aplasta

La consolidada banda rosarina volvió a Buenos Aires para llenar dos fechas en el recién inaugurado El Teatro Flores. Antes unas 1600 personas por noche, el septeto desplegó recitales intensos, armados de manera precisa y reflejados con un sonido apabullante.
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Si quisiéramos hacer un mapa musical de la República Argentina, sin dudas deberíamos indicar a Rosario como una de las ciudades más agitadoras del rock local. La incredulidad se aniquila tan sólo analizando el ejemplo de grupos como LOS VANDALOS, EL VAGON, BULLDOG, VUDU, los ascendentes FLUIDO, ASPHIX, o los reyes de la movida: CIELO RAZZO, que este fin de semana reventaron dos fechas en el nuevo El Teatro Flores de Buenos Aires.

Dueños de una energía apabullante que en vivo alcanza su máxima expresión gracias a una base sólida y a una voz que le da intensidad a lo que suena, los integrantes del septeto ya asumieron la cruel realidad del sistema nacional... eso de que por más en tu propia provincia te sigan miles y miles de personas, es necesario copar Capital Federal para que los señores Medios Masivos de Comunicación te presten un poco de atención. ¿Injusto? ¿Desequilibrado? Sí, pero verdad.

“Cuando una banda del interior lleva gente en su provincia, sabe que tiene que ir a Buenos Aires –reconocía el cantante PABLO PINO en una reciente entrevista con EL ACOPLE-. Nosotros crecemos sabiendo esta cuestión de que hay que mover gente en Buenos Aires para que te den bola”. En esa oportunidad, el guitarrista FERNANDO AIME completaba: “Capital es el objetivo que uno siempre aspiró a llegar. La ventaja que tenemos nosotros en este siglo, es que con la llegada de Internet no nos hizo falta tener que radicarnos acá como sí tuvieron que hacer otras bandas rosarinas y del interior. No es mala onda, pero no queremos venir a vivir a Buenos Aires ni a palos, pero sí queremos venir siempre a tocar, mil veces, un millón de veces si se puede”.

Al parecer, los integrantes de CIELO RAZZO asumieron los dichos de FERNANDO como palabra santa; es que no sólo llenaron tres veces El Teatro de Colegiales a mitad de este mismo año, sino que también volvieron por más el viernes y sábado últimos para llenar dos noches El Teatro Flores, con unas 1600 personas por show. De todas formas, ya lo había aclarado PABLO de manera contundente: “El tema es pasarla lo mejor que se puede. Si nosotros tenemos que hacer un Obras a fin de año, bienvenido sea. Pero eso no es algo que nos desvele”.

Como una tangible catarata de sonidos que estimulaba el pogo y hasta el lanzamiento de algunos globos (¡sí, globos!), la agrupación rosarina inauguró el recital del viernes con “Sola” y “Charlone”, dos canciones movedizas de su última producción discográfica editada por Pelo Music y denominada “Marea”. Un compacto que si bien es prácticamente nuevo ya encontró un lugar preciado entre los seguidores de todo el país, y que además llevó a CIELO RAZZO a determinar una identidad propia que los aleja aún más de las similitudes que muchos encuentran a nivel musical con una conocida banda de El Palomar.

Dejando de lado el hecho de que el cd más reciente aplana con su sonido y aporta arreglos certeros, algunos de los momentos más intensos del recital arribaron con un par de composiciones de la primera placa de CIELO. “Buenas” aportó así un par de joyitas como “Sin salida” –que arrancó a capella y terminó con una especie de explosión musical que dejó a PABLO extasiado en el piso- y “Que se yo” –que levantó todos los brazos del público y contó con un excelente aporte del tecladista MARCELO VIZARRI-.

Al show no le faltaron segmentos de intimidad como cuando los siete integrantes se acomodaron sobre unas banquetas y se animaron a sonidos electroacústicos en “Muñequito” y “Esquina”; segmentos para el pogo en círculos y el desparrame de energía como sucedió en “La cruz”; ni tampoco instantes para el desenfreno de los ya clásicos “Estrella” y “Luna”, que dejaron más de una garganta sin voz.

La ineludible desaparición del escenario con el objetivo que la gente coree por los bises trajo de nuevo a CIELO RAZZO sobre las tablas para que concluyera con una lista de 27 temas que se cerró finalmente con una versión bien power de “¿Quién baja la pala?” y con un PABLO emocionado diciendo “Buenos Aires gracias por su corazón, por su tiempo, por sus orejas y por sus sentimientos”.

La banda empezó en 1993 y a pesar de varios cambios supo continuar con la difusión de su amor por la música. También vivió con la frente bien arriba la dolorosa ausencia del baterista PABLO CARUSO y del escenógrafo CLAUDIO, que murieron en un accidente cuando regresaban de una presentación en vivo en el año 2003... pero juntos decidieron extender el sueño que habían iniciado con los que ya no estaban. Ahora no sólo el interior les tiene los ojos puestos sino también ese monstruo de cemento conocido como Buenos Aires. CIELO RAZZO, ¿referentes de la movida provincial y agitadores merecidos del rock nacional?

Nacho Girón (Redacción de El Acople)

Entrevista a LOS GARDELITOS

“Lo único que estamos buscando es libertad”
Antes de su triplete en El Teatro Flores este 2, 3 y 4 de diciembre, la banda creadora del rock sudaka analiza su propio fenómeno, recuerda a Korneta y se anima a hablar de todo: desde su esencia hasta las consecuencias de un merecido crecimiento.

“Por más que parezca una cosa medio deforme, yo creo que Los Gardelitos tienen una identidad muy basada en lo que es Sudamérica, basada en la mezcla de razas que tenemos”, dirá Eli Suarez, cantante y guitarrista de la agrupación, después de otro ensayo diario y de varias horas. A su lado estarán Martín y Horacio Alé (bajo y batería, respectivamente), que con menos palabras que el hijo del fallecido Korneta, también plasmarán con soltura los aspectos fundamentales del proyecto colectivo surgido allá por 1995. Así, en una calurosa noche cualquiera de la ciudad de Buenos Aires, el trío abrirá sus puertas de par en par y contará con sus propias palabras los por qué del crecimiento y los pormenores de esta nueva etapa.

(El Acople) Vienen haciendo una movida interesante en los barrios, ¿pero cómo la ven ustedes?
(Eli) Para mí es una movida de rock de varias bandas, no es que es de Los Gardelitos nada más. La movida que pega en los barrios ya viene desde Los Redondos, por ejemplo, o Viejas Locas. Me parece que somos parte de esa movida; sin siquiera pensarlo nosotros formamos parte de eso. Y bueno, también las letras de Korneta siempre tuvieron esa poesía suburbana que refleja todo el tema de los barrios y que hace que los pibes se sientan identificados. Puede ser algo que se tomó del tango...

(El Acople) ¿Una banda de barrio necesariamente siempre se va a quedar apegada a los barrios o puede extenderse a otros “estratos”?
(Eli) Se puede extender, como pasó con el tango: es una música que salió de lo más abajo a nivel social y llegó al mundo entero pero sin perder nunca su esencia. Me parece que lo bueno es crecer sin perder la esencia original que tiene cada banda. Y como decía, hay una esencia que compartimos con otros grupos. Me parece que por más que las bandas sean más conocidas el día de mañana no tienen por qué perder lo que son. Es como con las personas, porque si cuando sos grande te olvidás de que fuiste un niño... estás frito, fuiste. En cambio si vos seguís siendo un niño pero a la vez también sos un hombre, mejor. Hay que crecer pero sin olvidarse de la raíces.

(El Acople) ¿Es jodido encontrar ese equilibrio?
(Eli) Yo creo que mucha gente tiene miedo de crecer para no perder la inocencia, la niñez. Pasa con las bandas. Algunas quieren ser under toda la vida y le tienen miedo a la masividad, ¿viste?

(El Acople) ¿En qué aparece la adultez de Gardelitos?
(Eli) Aparece en el sentido de hacerse cargo de que te está yendo a ver más gente y que por eso, por ejemplo, tenés que ir a ensayar más, ponerte las pilas con algunas cosas que antes no imaginabas que ibas a hacer... y ahora está dándose el reconocimiento de la gente y para nosotros es como una responsabilidad que tratamos de tomar de forma llevadera. Es algo que un poco nos pesa, entonces ahí es donde nos replanteamos cosas y decimos: “Ché, ¿hasta qué punto queremos crecer como banda? ¿Hasta qué punto nos gustaría seguir siendo nosotros sin perder nuestra esencia?”. Y la respuesta es que no nos gustaría ser una banda profesional. Casi como que tenemos terror de ser unas personas frías que se tomen la música como un laburo y nada más. No queremos que se pierda el hilo de lo humano. De eso hablan las canciones y esa es la idea que tenemos para formar este grupo.

(El Acople) ¿Y en qué son unos nenes?
(Eli) Somos como chicos porque estamos empezando de nuevo. Korneta era la figura casi paterna de la banda y de los pibes que nos vienen a ver; de pronto te encontrás sin tu papá y tenés que empezar por vos mismo, seguir adelante vos, y no tenés a alguien que te esté protegiendo o que te diga qué tenés que hacer o qué no. Te sentís medio como un chico, tenés un poco de miedo a crecer. Lo digo tanto a nivel personal como a nivel banda. Es ahí donde uno realmente se tiene que plantear si quiere seguir siendo un niño para que alguien haga las cosas por vos, o si vos vas a hacer lo que sentís, lo que vos queres, proponiéndote crecer. La pérdida de Korneta, a nivel artístico y sobre todo a nivel humano, lo vemos como algo que nos tiene que hacer crecer. La otra opción sería quedarnos como estamos o mandar todo a la mierda...
(Horacio) Estás en primer grado y tenés que pasar a segundo y después a tercero. La vida misma es así. No te podés quedar en lo básico que fuiste aprendiendo. Me parece que la superación de una persona o de una banda se va dando de la misma forma. A algunos les cuesta más y a otros menos. La vida te va llevando a los cambios, a la evolución, a veces no te das ni cuenta; te das cuenta cuando te comprometés con vos mismo, con tu banda. Si estás llevando 500 personas no te podés quedar como cuando llevabas 300, sino te encontrás con un montón de choques de cosas que por ahí antes no te esperabas.

(El Acople) Ustedes tuvieron una prueba fuerte desde el momento en que no estuvo más Korneta. ¿Cómo fue esa época?
(Martín) Seguimos por un impulso y después sí fuimos pensando y nos fuimos reacomodando.
(Eli) Es estar viendo que todo se está cayendo pero estás a tiempo de agarrarlo. Igual en el momento no lo pensás. Nuestro sentimiento fue el de seguir tocando y después tuvimos tiempo de pensar, al año casi.

(El Acople) Hablaban de profesionalizarse. No es lo mismo tocar para pocas personas que para 3000, como les está pasando. Y algunas bandas tuvieron problemas para manejar al público, lo pagaron caro... ¿ustedes cómo lo están viviendo?
(Eli) Es que uno que va aprendiendo sobre la marcha, en carne propia, y también lo vas aprendiendo de los que están al lado tuyo en la movida. Ahora, después de Cromañon, todos nos pusimos más las pilas a nivel de protección y de ver las cosas desde otro lugar, por ejemplo.

(El Acople) ¿Había mucha inconsciencia antes de Cromañon?
(Horacio) Más que inconsciencia, inocencia...
(Eli) ...Una inocencia de estar viviendo una realidad aparte en la que todo era diversión, pero no se sabía que iba a terminar todo mal. Era una cuestión de suponer que estaba todo bien, que no se podía prender fuego nada, que estaban chequeadas las cosas. La inocencia de decir “bueno, Chaban tiene veinte años de rock y supongo que va a saber más que yo”. Éramos concientes de la movida del chabón y nosotros inconscientemente confiamos en él, pero no nos dimos cuenta que no nos cuidaba él ni tampoco el gobierno, ni nadie. Lo más gracioso es que te hacen sentir culpable por ser inocente, y no es así. Me parece que fue una tragedia que nos abrió los ojos hacia las cosas que están pasando. Esa inocencia por la que pensábamos que estaba todo bien se nos vino debajo de un día para el otro y nos dimos cuenta de que no estaba todo bien.
(Martín) Es que tenemos que cuidarnos entre nosotros...

(El Acople) Volviendo al crecimiento y a los problemas con la gente, ustedes en los últimos tiempos vivieron inconvenientes en algunos shows, sobre todo porque algunos querían entrar sí o sí. ¿Cómo manejan el asunto?
(Eli) Se manejó, ¿no? (mira a sus compañeros). Pasó en un sólo show en todo el año, cuando tocamos en Moreno. Estaba despelotada la organización y no la tenían muy clara. Así que nos tenemos que hacer cargo de un montón de cosas lógicas del crecimiento.
(Horacio) Nos empezamos a manejar de una forma en la que no dejamos todo en manos de quien organiza. Los productores a veces te dicen una cosa y te salen con cualquiera, y después las situaciones recaen sobre la banda. Cuando pasó lo de Moreno nos castigaron por algunos lados y bueno, nos hicimos cargo. Eso demuestra la maduración, porque otra de las cosas de no ser un niño es no creerse todo lo que te dicen. Entonces después de eso empezamos a ver los lugares nosotros, a charlar con gente de la zona, con la gente del gobierno. El rock & roll está muy lastimado con lo que pasó, está todo sensible. Así que se apuntó a la tranquilidad de los que van al recital. Esto es así: tenés que llegar a esas situaciones para darte cuenta de lo que estás manejando, de lo que se está haciendo. Tenés que tocar fondo para poder salir a flote y nosotros tocamos fondo con ésa situación. Seguramente la vida nos va a llevar a tocar otro fondo. Es decir, ya aprendimos de uno pero es muy probable que sigamos aprendiendo de otros.

(El Acople) Yendo a aspectos específicos de la banda, una característica muy de ustedes es el empuje, ya desde el momento en que cerraron la roticería familiar para invertir en este proyecto...
(Eli) Claro, es así. Fijáte lo de Korneta; la banda salió para adelante. Y sorprende con el público porque la gente siguió viniendo. Era una sorpresa mutua en ese entonces: la gente no podía creer que siguiéramos tocando y nosotros no podíamos creer que ellos siguieran viniendo. Es el espíritu de la banda que está reflejado por nosotros y por los que están abajo escuchando. No sé si será por una cuestión de las canciones, pero la banda tira para adelante... el otro día hablábamos de que las letras de Korneta van para adelante, para arriba. Tal vez empiezan hablando de cosas tristes pero terminan hablando de cambios. Capaz que ése es el mensaje que los pibes captan y el mensaje que nos marca el camino a seguir.

(El Acople) Nos llamó la atención la gran cantidad de tiempo que pasó entre que salió el disco anterior y el último, ¿por qué se dio?
(Eli) No se decidió sino que se dio así. Lo hubiéramos querido sacar antes pero no se pudo.

(El Acople) Problemas con Sony, ¿no?
(Eli) Sí, problemas con la compañía. Es que no encontrábamos los medios para seguir siendo independientes, entonces se dio lo de firmar.

(El Acople) ¿Cuándo firmaron eran conscientes de que los podían cajonear?
(Eli) Éramos conscientes pero nos jugamos porque queríamos que el disco estuviera en la calle. Lo bueno es que más allá de lo que pasó nos pudimos despegar.

(El Acople) ¿Se sienten cómodos con la independencia ahora?
(Eli) Sí, estamos cómodos. Cuesta mucho más pero tiene sabor a libertad.

(El Acople) ¿Tienen temas nuevos?
(Eli) Hay varios temas de Korneta. Por ahora tenemos pensado grabar los temas que quedaron así que no pensamos mucho en el tema de la composición sino más bien en la interpretación, donde nos estamos descubriendo como trío: lograr el ritmo que se perdió sin la guitarra rítmica de mi viejo, descubrir nuestra forma de cantar sin imitarlo a él. También nos concentramos en el contacto con la gente. Estamos en ésa etapa todavía. Los más importante es que esas canciones de Korneta lleguen a la gente; mientras tanto somos como un puente entre los temas y el público. Lo de la composición como que lo tenemos en otro plano, es algo más complejo y que requiere mucho tiempo. Además tiene que fluir, que se de naturalmente, que no queden composiciones forzadas. Mi viejo componía así y yo no puedo ser tan necio de negar lo que vi. Andá a decirle a Korneta “haceme un hit” y te rompía la guitarra por la cabeza. El chabón se tomaba su tiempo y hacía lo que sentía él.

(El Acople) Por lo que dicen la esencia de Korneta quedó muy a flor de piel...
(Eli) Es que la idea de hacer la banda surgió de él. El loguito, el rock sudaka y todo lo relacionado con Los Gardelitos es muy de él y nosotros le fuimos dando forma. Está ésa esencia en la banda. De hecho pasaron músicos muy grosos pero que no supieron encontrar la idea de lo que hacemos, porque el proyecto tiene espíritu propio, tiene una dirección, va para un lugar. Dentro de ése colectivo podés encontrar un universo mucho más amplio de lo que la gente imagina. Te puede parecer que Los Gardelitos es un delirio, que es un caos, pero lo único que estamos buscando es libertad.

(El Acople) ¿Cómo se plasma ésa libertad?
(Eli) Tratamos de expresarla a través de la música que hacemos. Por más que parezca una cosa medio deforme, yo creo que Los Gardelitos tienen una identidad muy basada en lo que es Sudamérica, basada en la mezcla de razas que tenemos. Es el espíritu de la argentina... ¿cosmopolita se le llama a eso? Hay como un crisol de razas, una variedad de formas de ser que se expresan también en las distintas músicas que hay. Por eso no le tenemos miedo a ningún género musical, nos gustan todos. El estilo de la banda es ése: la búsqueda, la sorpresa, el misterio. Ni nosotros sabemos cómo va a ser el próximo disco, y eso está bueno. Es escapar un poco de las reglas, de los límites, y tiene mucho que ver con Korneta.

(El Acople) Hablan de Korneta y de lo que él hacía. Sin embargo, la banda no era un proyecto personalista...
(Eli) Se llama Los Gardelitos, sino se llamaría Los Kornetitos (risas). Es fuerte su imagen y era fuerte estar al lado del chabón. Nos llamamos Gardelitos pero no lo copiamos a Gardel, y por lo tanto tampoco nuestra intención es copiarlo a Korneta. Nosotros tenemos que ser nosotros.

(El Acople) ¿Tienen miedo de una posible mitificación de Korneta? Que de repente se cuenten historias que nunca sucedieron, que digan que cura personas y esas cosas...
(Eli) Lo pensamos, porque lo que pasó atrae verdades pero también atrae mentiras, ¿no?
(Horacio) Ya me pasó en Zárate eso de la mitificación. Un pibe amigo cerró su auto, le puso el traba volante pero se olvidó la llave en la puerta. Era una invitación al robo. Cuando llegamos de vuelta no había pasado nada, y una chica que venía con nosotros empezó a decir: “¡Viste, loco! ¡Korneta te cuidó el auto!” (carcajadas). Son cosas que la gente va creando...
(Eli) Igual si alguien se quiere hacer una remera de mi viejo, y lo siente, está todo bien. El tema es que no se transforme en una moda, porque todas las modas son idiotas, pero si vos lo sentís al chabón de corazón va perfecto. Nosotros sabemos quién era él y tampoco te vendemos que era un santo ni un demonio; era una persona de carne y hueso como cualquiera.
(Horacio) Tenías que ir a su velocidad porque siempre te dejaba un mensaje...

(El Acople) ¿Cuál es, al fin y al cabo, la esencia del rock sudaka?
(Eli) Es lo que nos sale a nosotros. Capaz está mal hecho pero nos identifica.
(Horacio) Es un sentimiento fuerte. El público nos tira una carga energética enorme, explota. Capaz que nuestra música es como el amor: algunas veces lo hacés mal pero siempre la pasás bien. Y esa cosa es recíproca entre nosotros y la gente, que hace que hasta los errores no sean importantes. Lo jodido sería perder la frescura.
(Martín) Somos parte de este sentimiento...


De vuelta en Capital
A un año de su último show en Capital Federal, la banda de Eli, Martín y Horacio se presentará este fin de semana con un triplete –ya repleto- en El Teatro Flores, donde se planea seguir fortaleciendo el formato trío. Un detalle para tener en cuenta: no se van a vender entradas en la puerta.

“Va a estar bueno por el lugar, hay un contacto directo –adelanta Eli Suarez-. Lo que sí no pudimos encontrar un lugar que albergara a toda la gente junta, y el otro garrón es que después de Cromañon los chicos no pueden pasar banderas. Más allá de eso, lo importante es que podemos tocar en Capital”.


Estadía:
una hora

Paisaje:
sala de ensayo en Almagro

Clima:
cálido

Estimulante:
ninguno

Tercer tiempo:
fotografías

Entrevista: Nacho Girón y Santiago Devia (Redacción de El Acople)
“Somos una banda milagrosa”
Una de las agrupaciones más desprejuiciadas y de mayor crecimiento en los últimos tiempos abre el universo de su música en una conversación que se extendió por horas. La búsqueda de apertura, el perfeccionismo que proclaman y algunos adelantos de su nuevo disco.

Son las tres y pico de la tarde y el cincuenta por ciento de VILLANOS se acomoda en una sala en la que ni los sandwiches de miga ni las gaseosas pueden disipar la energía rockera. Aunque recién vuelven de un fin de semana de recitales en Uruguay, bastan unos pocos segundos para que florezca una de las características principales de la agrupación: el humor. Es que a lo largo de una conversación de varias horas, los chistes no dejarán de aparecer y la buena onda estará a flor de piel entre NIKO (voz) y MINI (guitarrista), que se completan las frases como si fueran gemelos. “La amistad es una característica fuerte en la banda. Gracias a eso podemos llevar adelante este proyecto”, dicen antes de sus shows en Niceto el 25 y 27 de este mes.

(El Acople) ¿Cómo se sienten ahora que salieron del under y que su música llega a las personas en forma masiva?
(Mini) Sentimos el cambio en el hecho de que estamos tocando mucho más. Ahora estamos haciendo cosas en mejores condiciones, con mejor sonido, cosas más pro, y que antes no hubiéramos podido hacerlas. Esta nueva experiencia te abre las puertas para tocar en lugares nuevos como en Uruguay y también en muchas provincias del país.
(Niko) En cuanto a la rutina de la banda, seguimos igual que antes y así vamos a continuar por siempre.

(El Acople) ¿Cómo lidian con lo que tienen de masividad?
(Mini) Llegar a otra gente nos abrió puertas que antes teníamos cerradas... Ahora podemos tocan en el interior y la cantidad de personas que va a verte es mucho mayor. En los shows se hace evidente que llegamos a personas que antes no podíamos alcanzar...
(Niko ) Transportado al fútbol, VILLANOS es Gimnasia de Jujuy: nos vamos a quedar por muchas temporadas. (Mini) Ahora con todo lo logrado tenemos que demostrar por qué estamos acá.

(El Acople) ¿No lo demostraron?
(Mini) Y no... Sentiría que lo demostramos cuando hayamos hecho un estadio importante, como Obras por ejemplo. Pero Obras de verdad eh...(risas).

(El Acople) ¿Cómo se sienten en el momento de prender la radio y que aparezca un tema de ustedes?
(Niko) No es nuevo eso. Antes nos pasaba. Con el cd que sacamos en 1999, algunos temas los pasaban en la radio... Pero después con el tema de las compañías, se fue todo al carajo porque estuvimos tres años y medio sin sacar un disco y a raíz de eso tuvimos varios problemas como no poder tocar. Después de eso pudimos superar las barreras; somos una banda milagrosa. En el 2003 empezamos de nuevo a tocar pero no salimos en ningún medio... Teníamos menos difusión que Ben Laden en la CNN (risas). En esa época nos rompíamos el culo haciendo cosas y nos poníamos a pensar en qué bueno sería tener la estructura de trabajo que tenemos hoy, además del apoyo de la compañía, que hoy por suerte tenemos y que nos da una mano enorme.
(Mini) El hecho de haber firmado con una compañía fue el resultado de tantos años de laburo.

(El Acople) ¿Que diferencia hay entre Warner y la compañía vieja?
(Niko) Por ejemplo en cómo nos mostraban. Se lo remito a nuestros cortes de difusión: antes los cortes eran “Sacáte todo”, “Putas”, “Sale caro”, y nosotros no éramos sólo eso.
(Mini) Ahora con Warner podemos cambiar el perfil de cortes, y de esa forma logramos que no nos encasillen en un estilo, porque los rótulos no nos gustan. Lo que queremos es ser originales y que no nos digan somos “rollingas”, a eso me refiero.

(El Acople) Hablando de lo que hacen musicalmente, ¿cómo se ven ustedes?
(Mini) No tenemos un estilo definido y eso está plasmado en nuestros shows, en los que se aprecia una mezcla de ondas distintas. Para nosotros es un orgullo haber logrado que nos escuchen diversos estilos de gente a partir de la mezcla propia que nosotros creamos. Es una mezcla de tribus y eso es algo que siempre quisimos hacer y por suerte ahora se nos está dando.

(El Acople) ¿Qué fue lo que ayudo a que se pudieran mezclar los estilos?
(Mini) Nuestra propuesta nos ayuda a que podamos tocar en lugares variados como Cemento, la Sociedad Italiana de Morón o también en el Roxy, donde se juntan distintas clases de personas. Entonces agarrás gentes de cada lado y se termina de armar un grupo.

(El Acople) Claramente se está gestando una generación nueva de público que es más abierta...
(Niko) Y, son cosas que se dan. Un ejemplo es que ahora ves a pibes rollingas que no saben lo que es “Exile On Main Street” pero que escuchan Yerba Brava... Ahí se nota una mezcla de estilo. La gente cambia, no es malo ni bueno, pero creo que todo tiene su evolución; antes se daban peleas entre estilos como las personas que seguían el punk contra los rollingas. Eso, creo, no está más.

(El Acople) ¿Lo llevas a algún fenómeno en concreto?
(Niko) Hoy los festivales como el “Pepsi Music” o el “Quilmes Rock” convocan gente de distintos estilos. Otro ejemplo concreto es que ahora las bandas invitan a otras bandas en sus discos. Creo firmemente que hay una cuestión de espíritu que sale de los grupos a compartir diferencias musicales, y que, de esa forma, ayudan a la unión de estilos...

(El Acople) En el último disco se nota que hay un cambio en cuanto a animarse a un poco más... ¿como fue que pasó eso?
(Mini) No es una cuestión de animarse; siempre nos animamos. La gran diferencia que tiene “Superpoderosos” es que lo que teníamos en la cabeza lo pudimos plasmar, en cambio en placas anteriores no podíamos. Tiene que ver con una cuestión de madurez. Si entras con la misma cabeza a grabar el tercer disco que con la que entraste en el primero, algo esta fallando.
(Niko) En el ultimo disco pudimos decir “se me ocurrió tal cosa, busquemos tal sonido”, eso es lo nuevo. Además, el hecho de tener un productor que te de un panorama desde afuera es bueno porque te aconseja y te muestra los errores que por ahí uno no ve.

(El Acople) ¡Pobre el productor! ¡Ustedes son un grupo muy amigo así que les deben haber dado pelea!
(Mini) Sí, la amistad es una característica fuerte en VILLANOS. Gracias a eso podemos llevar adelante este proyecto.
(Niko) Que el grupo esté bien nos ayuda a movernos. Maradona había dicho que si querés salir campeón, el grupo tiene que estar bien. Es al pedo que con lo que nos esté pasando haya mala onda entre nosotros...

(El Acople) ¿Lo mejor que hizo VILLANOS?
(Niko) Pelearnos (risas). Creo que lo mejor que hicimos fue habernos consolidado como banda y sobrevivir a las tempestades. El temple y la actitud es una característica de VILLANOS.
(Mini) Estamos súper convencidos de lo que hacemos y además lo amamos. Sufrimos muchos malos tragos y algunos buenos, pero esos pocos momentos buenos son los que te dan la energía necesaria para seguir. En base a las cosas malas tratamos de hacer fuerza para mejorar. ¡Somos perfeccionistas!


Se viene lo nuevo
A casi dos años de haber sacado su último disco “Superpoderosos”, los VILLANOS no descansan y planean sacar para junio de 2006 un nuevo material:

“Este próximo disco va a ser nuestro trabajo más personal. Es una placa que la estamos trabajando a full con la intención de que no le falte nada”

“Va a ser un disco que va a sonar muy bien y que va a tener la mayor cantidad de arreglos posibles. Queremos que sea el mejor logrado de la banda”

“Tenemos alrededor de veinticinco temas del los que van a quedar doce o trece”


Estadía:
algo más de dos horas

Paisaje:
una cómoda sala de estar

Clima:
bien villano

Estimulantes:
anécdotas

Tercer tiempo:
una extensa charla amistosa

Entrevista: Nacho Girón y Agustín Pereyra (Redacción de El Acople)

Entrevista a BLUES MOTEL

“Preferimos mil veces morir en la nuestra”
Con 17 años de existencia, la banda de zona norte del Gran Buenos Aires viene pateando los caminos del rock de una manera propia y alejada de las opciones fáciles. Aquí, el guitarrista Adrián Herrera recuerda las primeras épocas, reflexiona sobre el movimiento Stone y hasta se anima a comentar lo que cambió y lo que no cambió con Cromañon.

El quinteto rockero tuvo una historia particular: tardó cuatro años en sacar su primera producción discográfica, pero una vez que la banda encontró formación definitiva empezó sin descanso a aceitarse sobre los escenarios y a grabar discos de madurez progresiva. Y aunque reconocen saber “qué tendríamos que haber hecho para estar sonando en todos lados”, le vienen poniendo el pecho a la música para abrir senderos con el poder de un machete que lleva su nombre. Sincero y desprejuiciado, Herrera responde...

(El Acople) ¿Qué pasó en Blues Motel desde el 89 hasta el 94, año en que sacaron su primer disco?
(Adrián) Cuando empezamos con la banda todavía no estaba la idea de dedicarse muy seriamente a esto. O por ahí estaba escondida dentro nuestro, pero era todo una especie de juego. Recién con el paso del tiempo se fueron dando cosas que nos hacían apostar un poco más y empezamos a comprometernos con lo que la banda nos generaba. También aportó a esto la consolidación de los integrantes con los que Blues Motel grabó todos sus discos.

(El Acople) ¿Qué pasó después?
A partir de ahí se fueron dando las cosas que hicieron que llegáramos al primer disco... viéndolo ahora fue muy importante, porque en ese momento grabar para una compañía (NdR: “Vol.1” fue editado por Trípolo Discos y distribuido por DBN) era como pasar a jugar en primera. No era como ahora que la movida independiente produce más discos que los sellos grandes. Cuando hicimos ese primer cd no existía que cualquier banda tuviera un compact en la calle. Ni siquiera había la cantidad de fábricas que hay ahora. Sí o sí la única opción era tener un contrato discográfico.

(El Acople) ¿Cambiaron las cosas con el material en la calle?
Todo eso hizo que el camino se disparara para otro lado. Lamentablemente nunca tuvimos la difusión y el apoyo que esperábamos... no sé, jamás tuvimos un tema rotando en Rock&Pop todos los días en todos los programas, como sí le pasó por ejemplo un año después a Viejas Locas. Pero estaban en una multinacional, era otra cosa. Con el tiempo pensamos que por ahí nos apuramos, que podríamos haber esperado a que nos ofrezca algo una compañía más grande, pero en ese momento fue como te dije: ¡Grabar un disco! ¡Pensábamos que la vida nos cambiaba de un día para el otro!

(El Acople) Muchas veces hablaron de ustedes como una banda que fue precursora de toda la movida Stone que hoy conocemos. ¿Aceptan ese título?
No sé. Precursores... no. Acá, creo que fueron los Ratones. Después Viejas Locas hizo otro tipo de "Rock Stone" que creo que es el que más se copia hoy por las bandas más chicas y otras no tan chicas también. Lo nuestro siempre estuvo más ligado a los primeros Stones, a otras cosas del rock inglés de los 60 y al rock más psicodélico americano de los 70. Es cierto que hay bandas que están empezando y ellos mismos nos reconocen como influencia y que tienen una manera parecida a la nuestra de encarar su música: Los Gusanos, Aires Bajos, El Viejo Surco y otras más. Pero son bandas que también van un paso más allá de los Stones. Yo la influencia más grande que tomo de los Stones es cómo los tipos empezaron copiando a sus ídolos y terminaron desarrollando un estilo único, inconfundible. Un sello...

(El Acople) ¿Cómo pudieron despegarse de ese primer mote Stone que les habían dado ciertos medios de comunicación?
La etiqueta todavía sigue estando. Cuando aparece algún comentario en carteleras de espectáculos, te ponen "la banda stone...". Acá, una vez que te ponen el rótulo es muy difícil sacártelo. Por otro lado no nos calienta, porque evidentemente es porque no se tomaron el trabajo de escuchar los discos, que tienen un montón de cosas aparte de la influencia de los Stones. ¡Ya Gaba no se hace más el Jagger en el escenario! Ya está... eso no quiere decir que no nos gusten los Stones ni que la influencia no siga estando presente. Pero Blues Motel me parece que a esta altura ya tiene un sonido definido.

(El Acople) ¿Para ustedes la estética Stone siempre será sinónimo de barrio en Argentina?
En la Argentina los Stones le gustan a todo tipo de clase social. Por ahí las bandas que hacen "Rock Stone" estén emparentadas con lo barrial... pero el rock es así. Siempre fue así. Desde que empezó, el Rock & Roll era la música de la clase obrera. Y el blues que fue la base del R&R era la música de los esclavos, de los negros que habían traído del África para laburar en las plantaciones de algodón. Entonces más bien que es lógico que el rock va a estar emparentado con el barrio.

(El Acople) Aunque se los agrupa con el Rock & Roll, ¿cuáles son las diferencias que tienen ustedes con respecto a agrupaciones como Intoxicados o lo que fue Viejas Locas?
No sé. Intoxicados es una banda que está totalmente abierta en lo musical. Y por ahí el Pity en Viejas Locas estaba limitado a lo que la banda se suponía que debía hacer. Lo mismo el Fachi: en Motor Loco hace cosas más pesadas que por ahí no podía hacer en la otra banda. Entonces creo que musicalmente estamos más cerca ahora, por una búsqueda de hacer un rock original, no quedarse siempre en los tres tonos.

(El Acople) ¿Cuál es el punto fuerte, el infalible, de Blues Motel?
Habría que ver qué dice la gente... pero yo creo que podemos hacer buenas canciones. Que somos una banda de rock a full, y que podemos jugar con varios estilos sin quedar pegados con nadie. Trabajamos mucho los temas en el estudio y tienen mucho huevo en vivo. Pero no está bien que yo hable bien de Blues Motel. Por ahí un punto fuertísimo es haber estado juntos tanto tiempo a pesar de miles de golpes y palos en la rueda; eso a muchas bandas las hubiera hecho desaparecer. Conocemos bocha de bandas buenísimas que no soportaron tener un disco que no vendiera lo que esperaban, o que no pudieron seguir tocando cuando dejaron de sonar en las radios, o que no supieron llevarse bien entre ellos y darle siempre para adelante. Y no vendimos nuestra alma... sabemos qué tendríamos que haber hecho para estar sonando en todos lados. Pero preferimos mil veces morir en la nuestra. Hacer los temas que queremos, como queremos, hablar de lo que se nos cante y que nadie nos obligue a nada.

(El Acople) ¿Por qué aún no llegaron a una convocatoria que les permita, por ejemplo, llenar Obras?
Por lo que te decía antes. Nunca tuvimos la posibilidad de rotar en una radio o en los canales de música todo el día en todos los programas. Y eso hace la diferencia acá. Ahí es donde entra a jugar el tema "billete", y nosotros siempre quedamos afuera. Lo importante es que la gente sigue estando, se sigue sumando, cambia el público, se va uno y viene otro. Y la convocatoria sigue siendo buena.

(El Acople) Partiendo de la base de que “masividad” no es sinónimo de “buena música”, ¿por qué consideran que a muchas bandas interesantes les resulta tan difícil pegar el salto?
Por lo mismo. Cualquier banda que todos los días suene en Rock&Pop, en La Mega, en la FM Hit, pasen los videos en MTV, en Much... va a pegar el salto. Si no estás en esa rueda, arregláte como puedas. ¿Sabés la cantidad de bandas increíbles que vimos y que seguimos viendo, que nunca van a llegar a nada por no tener ese apoyo?

(El Acople) Bueno, pero muchas, como me decías, no quieren tener ese apoyo... ¿no se puede llegar por otra parte?
Me parece que no. A ese nivel no. Los casos por afuera son muy pocos, muy aislados. Se me viene a la mente ahora Los Gardelitos. Por afuera de toda esta movida siguen metiendo cada vez más gente, pero siempre el ritmo de crecimiento es mucho más lento. Pero bueno, es una cuestión de elecciones. También está bueno tener toda una historia atrás, para que si el día de mañana te toca tener una difusión mayor, poder bancártela. Y sacarla adelante. Porque la cosa no termina cuando llegás a Obras. Después tenés que lograr demostrar que el mérito fue tuyo también, fueron tus temas, no sólo la saturación de un corte.

(El Acople) ¿Lo mejor que lograron en tantos años de vida?
Grabar discos, seguir tocando. Que el público se renueve con nosotros. Eso quiere decir que la banda sigue siendo actual, que no quedó en la nostalgia. Que seguimos teniendo cosas para decir y que la gente quiere escuchar. También, tener el reconocimiento de gente de prensa, de músicos. Pasa algo con lo que hablabas antes, el tema de "la masividad". Una cosa es ser masivo y otra diferente es tener prestigio o reconocimiento. Las "masas" que te hacen "masivo" -valga la redundancia- muchas veces lo que hacen es seguir una corriente, es algo que de alguna manera se les impone. El reconocimiento es otra cosa.

(El Acople) ¿Qué fue “Habilitado” y por qué terminaron sacándole el polvo de encima?
"Habilitado" fue un mito. Nosotros habíamos grabado varios demos cuando recién empezamos a ver dos mangos por tocar. En vez de repartirlos los guardábamos para equiparnos y sobre todo para meternos en estudios de grabación a demear los temas. Y cuando fuimos por primera vez a la costa a tocar, juntamos los últimos que habíamos hecho en un cassette, le hicimos una tapita y le pusimos un nombre como si fuera un disco. Con eso íbamos a los bares de Villa Gesell y mostrábamos lo que hacíamos para pegar una fecha. Después pasó que se lo acercamos a gente que hacía la revista Pelo y Generación X, y sacaron una crítica del demo ése. Cuando empezamos a grabar discos, se corrió la voz de esas grabaciones y se armó toda una bola de "objeto de culto", pero no fue más que un rejunte de grabaciones amateurs...

(El Acople) ¿Tuvieron buenos resultados con “Corazón De Buey”, su sexto disco?
Sí, la verdad que no podemos quejarnos. En todo sentido. Incluso, el más importante, es que enseguida muchos temas de ese material pasaron a ser picos altos en los shows. Generalmente las bandas tocan dos o tres temas nuevos sumados a sus clásicos. Y lo que pasa es que siempre tu último disco es para vos el mejor, y tenés ganas de tocarlo todo. Entonces que se haya dado que de "Corazón De Buey" podamos tocar seis, siete, ocho temas en una lista de veintipico, cuando tenés más de 80 canciones para elegir, es todo un logro. Es el mejor indicador de que a la gente le gustó el trabajo que hicimos.

(El Acople) ¿Cómo los agarró parados Cromañon? ¿De qué manera vivieron este año rockero tan extraño?
Fue difícil. Nada se puede comparar con lo que pasaron los pibes que quedaron ahí, los familiares, los que pudieron salir, ¿no? Al lado de eso, cualquier complicación que la banda pueda haber tenido con Cromañón es menor. Pero pudimos seguir tocando. Por esa convocatoria que tenemos, esa gente que fue la que tuvo que poner más guita de la que acostumbraba para ver a Blues Motel. Gracias a ellos pudimos hacer las fechas que hicimos. Y el tema fue una elección...

(El Acople) ¿En qué sentido?
Ahora están otra vez tocando en lugares que no están habilitados, y sí, cobran $2 o $5. Pero que no se prenda fuego otra vez nada... porque no sale nadie. Y entonces tuvimos que elegir tocar en lugares donde la entrada es más alta pero donde la gente está segura. Porque ahora los músicos tienen que cuidar eso también, cuando en realidad eso tendría que estar en manos de la gente que se supone que nos tiene que cuidar como ciudadanos. Se supone que los bolicheros tienen que tener todo en orden... pero no. Y vos te tenés que bancar que te escriban un mail diciéndote: "¡Hijo de puta, para de facturar!"... y estás tratando justamente que ese pibe después de verte llegue sano a la casa. Sería mucho más fácil para nosotros tocar todos los fines de semana por $5, en donde tocan otra vez todas las bandas "del palo" que están llevando otra vez a su gente a un boliche del que no saben si van a poder salir si pasa algo. Pero venden demagogia y dicen que ellos "no cobran $15 una entrada". La gente ya se olvidó... no hay que olvidarse pero muchos ya se olvidaron. Porque si no exigirían a sus bandas que se fijen donde tocan. Y en cualquier momento tenés otro Cromañón. Entonces ahí sí que los 194 pibes se van a haber muerto por nada.

¿La Trastienda? ¿Otro disco?
Blues Motel cierra el año en Capital Federal este viernes 4 en La Trastienda y el violero Adrián Herrera adelanta: “Vamos a tocar varios temas que hace rato no hacemos. En septiembre hicimos una fecha en El Condado que llamamos "Desenchufado-Enchufado-Reversiones", donde la gente votó desde nuestro sitio los temas que querían escuchar. Es que hay muchos que van quedando de lado a medida que seguís grabando discos. Bueno, siguieron quedando todavía canciones olvidadas y nos siguieron pidiendo más, así que parte del show se va a tratar de eso”.

Además, agrega que “un poco vamos a estar despidiendo el sexto disco, porque la idea es empezar a ver temas nuevos. Por ahora será escuchar qué escribimos cada uno en este tiempo, empezar a tocarlos en la sala, ir viendo para dónde vamos”. Y termina: “No hay nada definido todavía, pero calculo que para mediados del año que viene estaremos editando un disco nuevo”.


Fecha de nacimiento:
1989

Cantidad de integrantes:
cinco

Cantidad de discos:
sies

EL detalle:
Participan del nuevo homenaje reggae a The Beatles

Sitio para contactarlos:
www.bluesmotel.com.ar

Entrevista: Nacho Girón (Redacción de El Acople)
“Estamos marcados por un estilo que no es común”
En alguna parte del barrio de Almagro, Fabián Giordano, cantante de la banda Los Gangsters, habló sobre el proyecto que él y y el resto del quinteto encararon desde principios de siglo pero que recién ahora va tomando forma definitiva. ¿Cómo es su primer disco, que ya está a la venta? ¿Y cómo será el concierto que darán el 28 de octubre en el Nd/Ateneo?

Cuesta imaginarse al violero y cantante Fabián Giordano -con esa pasividad que transmite relax- alocado detrás de las consolas de Riff, de Pappo´s Blues o de los mismísimos AC/DC. Pero allí está: tranquilo y con una sonrisa que muestra conformidad por el primer disco de una agrupación que combina lo más movedizo de Tom Petty con lo más crudo de los Rolling...

(El Acople) ¿Como empezaron con el proyecto del primer disco?
(Fabián) Empezamos en el 2001 más o menos y con el paso del tiempo se formó una especie de química entre nosotros. De repente coincidimos en que lo que estábamos haciendo era algo nuevo, así que decidimos comenzar con este proyecto que es una experiencia única. Es decir, queríamos plasmar todos nuestros temas a un disco y este primer cd (NdR: el material se llama precisamente “Los Gangsters”) es el resultado de esto.

(El Acople) ¿A que te referís cuando decís que “es algo nuevo”?
Me refiero a que en el mercado no hay mucho de lo que nosotros grabamos en este disco. Pienso que estamos marcados por un estilo diferente que no es común. Básicamente nuestros temas son de amor, pero esto es debido a las influencias musicales con la que cada uno de los integrantes de la banda cuenta. Particularmente moldeamos un estilo marcado por agrupaciones o artistas legendarios como Tom Petty, Rolling Stones, Traveling Wilburys y “George Harrison”, entre otros. Por ahí vos cuando escuchas la música decís “¡uy! es muy meloso” y por ahí no te gusta, pero si traducís temas como “This place is empty” del último cd de los Rollins te vas a dar cuenta de que ese tema habla de amor... lo que pasa que cuando lo escuchás en inglés suena muy bien pero porque muchas veces no sabés de qué está hablando el cantante. Por eso cuando hacés un tema de amor en castellano puede llegar a ser medio raro de escuchar. Lo que nosotros queremos es decir “te quiero” y que esté todo bien.

(El Acople) ¿Eso es lo diferente de la banda?
Claro, con esto digo que tenemos un estereotipo diferente y que eso nos puede jugar en contra porque la gente no está acostumbrada a consumir este tipo de cosas.

(El Acople) En este disco cuenta con la presencia de invitados de la talla de Pappo, Luis Robinson o Débora Dixon. ¿Cómo llegaron a estar ahí?
Con el tema de los invitados es algo que no fue pensado, se dio. Todo comienza a partir de que empezamos a tocar. Nunca les pedimos que vengan, sino que les decíamos “vamos a tocar” y ellos contestaban “que bueno, yo me prendo”. Y así nos pasó con Luis Robinson, Juanse, Pappo, pero porque somos amigos desde hace años y así nos divertimos. Ellos vienen, tocan y lo hacen con la mayor honestidad y el mayor compromiso. Nos pasó una vez que íbamos a tocar y lo invitamos a Pappo una semana antes del show y “Carpo” dijo que no tenía problema, pero el día del show lo llamamos temprano y nos dijo que estaba en una lancha en San Pedro y que no iba a poder venir. Un rato antes del show cayó Pappo todo despeinado y quemado por el sol: se había venido desde allá, en moto, para tocar. Ahí te das cuanta del compromiso que tiene cada uno. Él era una maestro.

(El Acople) ¿Pappo influyó de alguna manera en la creación del disco?
Sí, me impulsó a hacer la banda. Todo empezó cuando yo vivía en Miami y Pappo me invitaba a la Argentina para tocar en sus giras. De vez en cuando él venía conmigo y tocábamos en bares de allá. Un día que estábamos a punto de empezar con el show me dice: “Ya estoy podrido de cantar, vamos a hacer otra cosa”. Yo le mostré algunas de las canciones que había escrito, empezamos a practicar con eso y ahí hicimos el concierto con mis temas, que hoy son los que están en nuestro disco. Y después empezamos a tocarlos en los recitales que hacíamos por allá. Con el paso del tiempo los temas iban adquiriendo forma y por suerte a la gente le empezaron a gustar. Después, cuando estábamos en el Cosquín Rock, viene y me dice que toque las canciones que hacíamos en Miami y ahí me dijo también que empiece con el proyecto, que le parecía que estaba muy bueno y que le diera para adelante.

(El Acople) ¿Ahí nomás empezaron a tocar?
Y... mas o menos. Es difícil juntarse porque cada uno trabaja en distintos lugares y se complica. Por ejemplo Claudio Di Taranto (batería) es iluminador de Attaque 77; Leito Arube (bajo) es asistente de guitarras de Los Ratones Paranoicos, y yo soy sonidista, así que es difícil. Igual, la idea de la banda no es tocar muy seguido sino hacerlo cuando estemos todos y tengamos tiempo. El 28 de octubre, de hecho, vamos a tocar en el Ateneo para presentar el disco.

(El Acople) ¿Qué expectativas tienen sobre el show?
Mirá, no nos importa si llenamos el lugar, lo que queremos es que la gente que venga, ya sea una, treinta o cien, digan: “¡Qué lindo show que vi!”. Que se vaya conforme. Vamos a preparar el lugar para que las luces, el sonido y todo salga espectacular y a dar un buen show.

(El Acople) ¿Qué significa este disco para vos?
Para mí es un hijo, y es así porque salió de mí. Es un disco que puedo criticar, pero que me parece decente y bien logrado. Una de las cosas que destaco del cd es que tiene un sonido excelente porque trabajamos mucho es ese aspecto y eso se nota cuando lo escuchás. Tiene, por sobre todas las cosas, el alma que todo disco tiene que tener para llegar a la gente. Y eso lo logramos por el laburo que hay detrás de esto y eso no es fácil de lograr. Es un material completo.

(El Acople) En la tapa del disco estás sólo vos, sin embargo ustedes son un grupo. ¿Cómo fue esa decisión?
Como las canciones son mías los chicos querían que saliera yo como solista en la tapa, pero no lo hice porque no me interesa ser la cabeza de la banda, nada que ver, sino que se dio. La banda no es la misma si falta algún integrante. Suena así porque somos un grupo y esto está gracias a todos. Así que la tapa no significa que el crédito sea mío: la tapa no dice nada.

(El Acople) Los Gangsters es...
Esta banda tiene una química fabulosa y una esencia muy parecida que se fue logrando en el transcurso de la vida dentro de este mundo. Somos una banda inexperta en cuanto al grupo con disco nuevo, pero somos expertos en la vida dentro de este ámbito musical. Y a partir de eso pudimos emprender nuestro camino. Vos ves que en Los Gangsters no hay virtuosos salvo los invitados. Sin embargo, lo que cada uno de nosotros aporta es fundamental para que este proyecto siga adelante. Repito: si alguno de nosotros faltara no sería lo mismo.

(El Acople) ¿Y que pretende la banda en este emprendimiento?
Todo lo que nosotros pretendemos de esto es hacer conocer lo que creamos, nada más. No pretendemos plata o fama, sólo mostrar lo que hicimos...


"Pappo era ingobernable"
A casi un año de la muerte de Pappo, Fabián Giordano lo recuerda:
“Carpo era un bohemio en todo momento. Siempre fue una persona extraordinaria, más allá de cómo se le veía, ya sea en el escenario o en diferentes medios como la televisión y la radio. La gente siempre lo quiso mucho y no por ser famoso, sino por cómo era. Nunca era prepotente. Tenía carácter muy fuerte y hacía lo que quería, pero nunca le faltaba el respeto a nadie”.

“En algunos momentos se mostraba como una persona que se comía los pollitos vivos y no era así. Él era un señor en todos los aspectos. Alguien atento y además muy querido. Si hubieran visto cómo trataba a su mujer... hubiesen dicho: ¿Y este es Pappo? ¡Si, es Pappo!”.

“Otro aspecto que destaco de él es que era ingobernable. Con esto me refiero a que si alguno lo quería pasar por arriba no iba a poder. De tarado no tenía nada. Si había algo que no le gustaba lo decía, y punto. No tenía muchas vueltas”.

“El Carpo fue un amigo que yo quería mucho. Con él compartí muchas cosas que no voy a olvidar nunca”
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Entrevista: Nacho Girón y Agustín Pereyra (Redacción de El Acople)

Entrevista a CIELO RAZZO

“A nosotros, por ahora, nos está gustando arriesgar”
Son una banda rosarina que fusiona en su música las percusiones rioplatenses con los riffs rabiosos del grunge de Seattle. Entre una batería, pilas de discos, gaseosas y grabador de por medio, Pablo Pino (voz), Cristian Narváez (bajo) y Fernando Aime (guitarra) nos llevan dentro de un mundo musical con plan federal.

El sexteto, que se completa con el guitarrista Diego Almirón, el baterista Javier Robledo y el percusionista Juan Pablo Bruno, tiene bajo el brazo a su tercer disco titulado “Marea”. ¿Cuál es el análisis de la banda sobre el nuevo material? ¿En qué se diferencia de los anteriores? ¿Cuál es su plan para seguir extendiéndose? ¿Cómo piensan copar Capital Federal? Antes de su presentación en Buenos Aires, este 6, 7 y 11 de agosto en El Teatro, Cielo Razzo responde todos los interrogantes.

Disco nuevo, vida nueva
(El Acople) ¿Cómo están viendo lo del disco nuevo y cómo creen que lo ve la gente?
(Cristian) La verdad que nos sorprendió mucho el recibimiento de la gente. A siete días de la salida del disco lo presentamos en Rosario y la gente se sabía todos los temas de punta a punta. Sabíamos que algunos temas los podrían saber porque estaban sonando dos o tres cortes en la radio de Rosario, pero nos sorprendió que se supieran todos. “Marea” es un disco que tenés que escucharlo muchas veces. Y ahora lo estamos presentando por el interior del país. Siempre es una sorpresa para nosotros ir a tocar a otros lados y ahora más, sabiendo que tenemos que mostrar cosas nuevas.

(El Acople) Lo que notamos es que su segundo material, “Código De Barras”, es un disco que pega de entrada. En cambio “Marea” parecería ser un disco más complejo, ¿lo ven así?
(Pablo) Sí, lo que tiene “Código De Barras” es que está partido en dos. Hay canciones como “Puta”, “Vueltas”, “Arde” y “Esquina”, que son más complejas. Igual no son complejas un carajo (risas), pero son temas que hay que escucharlos más que los primeros cinco o seis que abren aquel disco, y que pegan de entrada. Estas nuevas canciones de “Marea” no son tan simples melódicamente, tienen más arreglos, están, quizás, más elaboradas.

(El Acople) ¿Eso es parte de un cambio?
(Pablo) Sí, es que también nos gusta ir buscando cosas nuevas.
(Cristian) Claro. Estamos buscando percusiones nuevas (risas).
(Pablo) Pero más que nada es una cuestión de crecimiento. Nosotros siempre decimos que no nos gusta quedarnos con lo que sabemos, sino que somos concientes de que podemos dar más. Hoy una banda sabe, medianamente, lo que le gusta al público. Y a nosotros, por ahora, nos está gustando arriesgar. Y por eso seguimos buscando el crecimientos artístico, porque si te plantás en algo, estás muerto. La comodidad para el artista no es buena. Siempre es mejor estar investigando, buscando cosas nuevas, nuevos sonidos para tus canciones.


Venir a la selva, Buenos Aires
(El Acople) En Rosario están consolidados. ¿Con “Marea” buscan invadir la Capital Federal?
(Fernando) Capital es el objetivo que uno siempre aspiró a llegar. La ventaja que tenemos nosotros en este siglo, es que con la llegada de Internet -que te quita cosas y te da otras- no nos hizo falta tener que radicarnos en Buenos Aires como sí tuvieron que hacer otras bandas rosarinas y del interior. No es mala onda, pero no queremos venir a vivir a Buenos Aires ni a palos, pero sí queremos venir siempre a tocar acá, mil veces, un millón de veces si se puede. Nosotros tenemos nuestras vidas hechas en Rosario y nos gusta el barrio. Mudarse a Buenos Aires, un lugar tan grande y lejos, es un cambio muy grande que no queremos.
(Cristian) Igual hay una cuestión lógica y es que si tenemos que quedarnos acá tres o cuatro días, no hay ningún problema. Buenos Aires es como nuestra segunda casa.

(El Acople) Pero, ¿les gusta venir acá?
(Pablo) Sí, nos gusta. Nos gusta como tocar en Rosario. En Rosario es algo místico, porque allá nos vieron crecer. Pero siempre hay algo en los lugares a donde vamos a tocar. Y en Buenos Aires es como jugar con un equipo grande. Vos sabés que acá la gente tiene muchas bandas para escuchar, los artistas mas grandes del país están acá. Me acuerdo que un día estábamos tocando en un pub y el mismo día estaba tocando Charly. Ahí vos decís: “Mirá vos, tengo que tocar el mismo día que está tocando este monstruo”. Eso es lo que tiene de complicado Buenos Aires, y a la vez está bueno también.

(El Acople) Lamentablemente aunque las bandas del interior sean reconocidísimas en las provincias, tienen que copar Buenos Aires para empezar a ser reconocidas con todo. ¿Qué piensan de eso?
(Cristian) Igualmente a nosotros sin ser masivos nos ha ido bastante bien.
(Pablo) En cierta medida, en otro momento quizá sí nos hubiera molestado esa forma de ver a las bandas acá. Pero nosotros de un tiempo a esta parte tomamos las cosas de manera distinta.
(Cristian) No solamente nosotros, sino la gente.
(Pablo) Hay una realidad; cuando una banda del interior lleva gente en su provincia, sabe que tiene que ir a Buenos Aires. Nosotros crecemos sabiendo esta cuestión de que hay que mover gente en Buenos Aires para que te den bola. Pero bueno, nosotros a lo que aspiramos antes que nada es al crecimiento artístico de la banda, segundo a hacer de esto un oficio y que nos sirva. El tema de consagrarse o no, eso de “llegaste o no”, la verdad no nos interesa. Creemos que nadie llega, todos vamos al mismo lugar. El tema es pasarla lo mejor que se puede. Si nosotros tenemos que hacer un Obras a fin de año, bienvenido sea, obviamente. Pero eso no es algo que nos desvele.

(El Acople) ¿Se consideran una bandera del crecimiento para las bandas del interior que ven un futuro incierto?
(Cristian) No sé si en todo el interior. En Rosario puede ser. Hay muchas bandas de allá que ahora se les esta dando bola. Eso es lo que hablábamos antes de la llegada de Internet; ahora a la gente le llegan más cosas y se escuchan muchas bandas del interior.
(Pablo) Nosotros nos caracterizamos por haber hecho todo el trabajo al revés. Nos consolidamos en Rosario y ahora tomamos a Buenos Aires como una provincia más, aunque sabemos que la llegada a Buenos Aires te facilita mucho más las cosas. Pero estamos muy contentos de haber hecho el camino así, de haber comenzado desde Rosario y haber tocado en todos lados.


La música entendida como una “Marea”
(El Acople) Ustedes hace poco dijeron en una entrevista que al disco le pusieron “Marea” porque se había llevado cosas viejas y había traído cosas nuevas. ¿Cuáles son esas cosas?
(Fer) En realidad no son ni nuevas ni viejas. Trajo cosas y se llevó otras. Nosotros con la música hemos recibido un montón de cosas nuevas y hemos sufrido muchas cosas también. No es todo bueno y tampoco todo malo. Es como una marea, la música es como una marea. Porque siempre está el que te dice: “¡Eh! Vos sos un vago, no hacés nada, vos tocás y vivís de joda”. Y no es así. La música es lo que amamos y es de lo que queremos vivir. Pero como les decía, la vida que llevamos nos trajo muchas satisfacciones y nos trajo muchas tristezas también, cosas feas que hemos pasado y cosas lindas. Nos pareció adecuado el nombre “Marea” en ese sentido. Nosotros somos una banda popular pero no tanto. Tenemos tres discos y tenemos cada vez más responsabilidades como banda, pero hacemos las cosas por instinto.


La vida del músico
(El Acople) Una vez, Ciro Pertusi de Attaque 77 nos decía que cuando uno no es reconocido tiene un estándar de amigos, un estándar de buena suerte, de mala suerte... pero cuando uno es un músico reconocido, ese estándar se va al carajo. ¿Es así la vida del músico?
(Fer) Si, es cierto. A nosotros nos está empezando a suceder. Ciro lo debe saber bien porque tiene mucha historia. Nosotros estamos entre dos aguas; nos están pasando las cosas, o no nos pasan del todo. Estamos acá y un poco allá. No todas las bandas se dedican a full a la música, pero nosotros tenemos nuestro trabajo aparte, nuestras familias, tenemos nuestra gente que nos acompaña. Pero igual no nos quejamos, porque si nos quejáramos seriamos unos boludos.


Firmar con una discográfica
(El Acople) ¿Qué le trajo de nuevo a la banda el tema de firmar con Pelo Music?
(Cristian) La propuesta que nos hicieron fue la que más nos encajó con respecto a las que nos hicieron las multinacionales. Porque Pelo no es una multinacional, es una compañía de acá que está sacando los discos de muchas bandas nuevas. Nosotros lo que queríamos al firmar con la discográfica era tratar de cubrir algunas cosas que con la estructura que teníamos de independientes se nos hacía difícil cubrir. Se nos hacía imposible que el disco estuviera en todo el país. Y con Pelo Music eso se solucionó. Ahora vemos que el disco llegó a todas las provincias y que se escucha.

(El Acople) Hablando un poco del under, acá en Buenos Aires a las bandas que llevan entre doscientas y mil personas se les hace complicado conseguir un lugar para tocar. ¿Ustedes cómo hacen?
(Pablo) A nosotros siempre nos costó, desde siempre. En Rosario cuando empezábamos a tocar, inventábamos lugares porque no había. Nosotros estábamos acostumbrados a inventar un poco el circuito.

(El Acople) A veces es más fácil ser masivo, entonces...
(Pablo) Eso es ahora, creo.
(Fer) Antes era impresionante cómo sonaba cumbia en todos lados y no se movía el tema de los recitales.
(Pablo) Nosotros leíamos que había una especie de guerrilla entre la cumbia y el rock acá en Buenos Aires. Por eso esto es como un lugar aparte, hay cosas que nos cuesta entender. Igual ahora se escucha mucho rock y gracias a Dios le gusta a la gente. Nosotros hacemos rock y vamos a seguir con esto porque es realmente la música que nos gusta tocar, por supuesto dándole otros aires a algunas canciones. El otro día nos decían que nosotros tenemos cosas pop, y sí, puede ser. Como también puede ser que tengamos cosas del grunge o algunos riffs. Pero siempre con el sello propio, un sello que se consolidó con este último disco.

(El Acople) Lo que notamos en las letras es que van desapareciendo los temas sociales. ¿Es algo que buscaron o salió de la nada?
(Pablo) No, son cosas que salen. Somos muy intuitivos. Fer agarra la guitarra, toca y ahí arrancamos. No pensamos en lo que vamos a escribir. Se le ocurrió un día hablar de una botella, y lo va a escribir, como también se le puede ocurrir un día escribir algo sobre la caída del gobierno de De La Rua. Sabemos que algún día podamos llegar a hacer un disco conceptual o hacer un disco unido por algo. Nosotros somos muy espontáneos.
(Fer) Igualmente si se sintió bronca contra el gobierno, eso se plasma en una letra. Si se sintió amor por alguien, también.
(Pablo) Lo que medianamente buscamos es que nuestras letras sean poesía, que de gusto leerlas. Pero tampoco somos una banda de choque. Si no decimos algunas cosas en este disco, las diremos en el próximo...


Bla, bla, bla
Como dicta el diccionario del rockero, es necesario ser preciso con las palabras y no sólo con la música. Aquí, un compendio de ideas cielo razzas. ¿Camino a la fama?

“Siempre los que ganan son los productores o la compañía. Por eso siempre aclaramos que la plata no es lo indispensable para nosotros. Lo que buscamos es seguir con este oficio, que es el de componer, tocar” (Pablo)

“Pensamos que esa frase ‘vivir de la música’ es una frase espantosa. Hay que vivir para la música, no vivir de ella” (Pablo)

“Uno lo que busca es ser uno mismo. Porque si yo toco y no siento que soy yo, ¿para qué toco?” (Fer)

“El rock es una parte más de mi cuerpo. Siento que soy verdaderamente yo cuando estoy arriba del escenario cantándole a la gente, así sean diez o tres mil” (Pablo)


Estadía:
45 minutos

Paisaje:
una pila de discos y una batería rudimentaria

Clima:
templado y muy amable

Estimulante:
gaseosas

Tercer tiempo:
charlas varias

Entrevista: Nacho Girón y Matías Sánchez (Redacción de El Acople)

Mucho más que cinco rolingas

RATONES PARANOICOS volvió a Obras Sanitarias con la premisa de seguir presentando su último trabajo discográfico y de despuntar un poco el vicio de tocar. Lo hizo con el impulso de una lista cuidada que contó con largas participaciones de ANDRES CALAMARO, ANDRES CIRO y TOTI de JOVENES PORDIOSEROS.
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Un rolinga le recordaba a otro que en algunos meses tal vez lograrían ver a los STONES, pero éste último levantaba los brazos y se abría paso entre la multitud para cantar “Ya morí”; las cinco figuras que habían logrado distraerlo se hacían llamar RATONES PARANOICOS y estaban en Obras para seguir mostrando en vivo su última placa “Girando”.

Aunque esa era la excusa que había juntado a tanta gente en el Templo del Rock, la banda armó una lista relativamente corta en la que, de hecho, hubo sólo un puñado de temas nuevos pero gran cantidad de clásicos. Sin embargo, por momentos la historia se hizo pesada porque los RATONES abusaron de la fórmula basada en alargar cada interpretación con pequeñas zapadas.

“No quiero hablar, no quiero decir nada. Quiero escucharlos a ustedes toda la noche”, se excusó JUANSE justo antes de cantar “Isabel” y de ver cómo cada rincón del estadio se llenaba de globos de colores. ¿Todavía les queda alguna duda de la “inocencia” del rock en la era post-Cromañón?

Si al sonido del recital aún le faltaban algunos ajustes, la nitidez y la claridad llegó después que la multitud femenina se volviera loca y se desesperara al ritmo de “El hada violada”. De todas formas, ese sentimiento no tardaría en extenderse al cien por ciento de los rockeros paranoicos, que empezaron a amucharse cuando de repente vieron que tanto ANDRES CALAMARO como ANDRES CIRO habían llegado al escenario.

Con estos invitados el show entraría en su parte más difrutable. Primero, todos juntos hicieron una versión extendida de “Ruta 66”; luego, CALAMARO prestó su áspera voz en “Para siempre”, y por último un mago simuló cortar al medio a una seguidora mientras todos los presentes musicalizaban el momento con un “yo quiero mi pedazo, por qué no me lo das”.

Además, sería el mismo CALAMARO el que cantaría con cierta timidez las primeras estrofas de “Desconfío” (que incluyó un lamento sublime de saxo), y el mismo CIRO el que interpretaría, tocaría la guitarra y hasta zaparía con su armónica en “El tren de las 16”. Claro, no hizo falta decir nada para que el “¡Pappo! ¡Pappo!” invadiera Obras con la energía suficiente como para crear un nudo en cada garganta satisfecha por el homenaje.

La última gran sorpresa llegó sin previo aviso cuando el frontman de LOS PIOJOS iniciaba aquel viejo recitado que comienza con un “dicen que escapó de un sueño, en casi su mejor gambeta...”. Luego, los cinco RATONES PARANOICOS se encargaron de ponerle música y arreglos al éxtasis de “Maradó”, mientras muchos aún se miraban sin comprender exactamente qué estaba pasando.

Terminaba así un lapso de media hora que se retribuyó con interminables aplausos, debido a lo ajustado de las interpretaciones y a la categoría de los invitados; terminaba uno de esos momentos que en un futuro más o menos lejano todos dirán haber presenciado...

Es verdad, todavía faltaba “Vicio” (con la presencia de TOTI, el cantante de JOVENES PORDIOSEROS), el solo de batería en “Boggie” y las canciones nuevas (entre ellas, “No me importa tu dinero” y “Girando”), pero ya reinaba la sensación de que con lo vivido hasta el momento alcanzaba como para partir satisfechos. Aparte, la despedida con “(I can´t get no) Satisfaction” haría volver a las tablas a cada uno de los amigos que habían contribuido a la eficacia de la noche.

A pocos minutos de las 12 de la madrugada, el mismo rolinga que al principio del espectáculo había creído escuchar la palabra “Stones” ahora encaraba hacia el bondi, pensando en qué bueno sería llegar a su casa y poner a todo volumen “Beggars Banquet”, o tal vez “Their Satanic Majesties Request”. El rock and roll de RATONES PARANOICOS -que con aciertos y errores lleva el mote de ser “el mejor de Argentina”- le reconfirmaba la creencia de que ese estilo musical lo acompañaría por siempre. Es decir, casi tanto como una eternidad...

Nacho Girón (Redacción de El Acople)

DISCOS: Snake - "Dejando Marcas"

De repente una guitarra provoca un torbellino de acordes que toman por asalto a los amplificadores y los hace añicos. La catarata de sonidos invade cada rincón de un espacio imaginario en donde casi es posible ver a un sujeto desesperado que le grita a la nada, a su propia nada. Así de duro empieza “Dejando Marcas”, el segundo disco de SNAKE.

Cuatro años después de la edición de su debut discográfico (“Dos Pasajes Paramarte”), este ajustado cuarteto uruguayo vuelve a la cancha con un material extremista desde el punto de vista musical. “Es un disco donde conviven canciones pesadas y baladas, sin prejuicios –admite el cantante MARCELO FONTANINI-. Muestra la parte más roquera y la parte más sensible de SNAKE. Además, mantiene las melodías exquisitas del primer disco, pero esta vez se fusionan más con el rock poderoso que con el funk pop”. ¿Y las letras? “Son directas y no tan metafóricas. Todo está al frente: la banda, las letras y el mensaje”, resume Marcelo.

Cargado de arreglos, de riff´s que van hacia adelante y encaran, de sintetizadores y scratches usados en el punto justo y de historias que buscan identificación directa con el público, “Dejando Marcas” es una oportunidad sin desperdicio para entender que el rock de Uruguay no es sólo murgas y candombes.

Si bien el primer disco se había hecho íntegramente del otro lado del charco, este segundo trabajo vio la luz en los estudios Monasterio de Parque Patricios y lo produjo tanto el bajista MIKAEL BOUDAKIAN como RAUL CARIOLA (conocido por haber formado parte de SANTOS INOCENTES).

La idea, claro, es seguir creciendo a ritmo firme en ambos países. Para cumplir su cometido SNAKE tiene ahora catorce nuevas canciones que abarcan un espectro que va desde la potencia abominable de “Ataque de pánico” a la suavidad campesina de “Explotar” o a la pasta de hit de “Magnéticos”. Más que suficiente para una banda que lleva marcada a fuego la intención de evolucionar sin límites.
“Las cosas me cuestan más, pero por lo menos estoy feliz”
El cantante, el compositor imparable, el escritor, el creador de funzines, el defensor de la independencia, el que también aparece en radio, todos juntos en uno sólo, en una conversación que logra plasmar su esencia. ¿Okey dokey?

La propuesta había llegado por parte de BBK después de varios correos electrónicos: “¿Estás por Caballito? Bueno, juntémonos entonces en la esquina de la heladería...”. Ahora, las tazas de café se enfrían por culpa de una charla larga, variada y espontánea que finalmente se extenderá por casi dos horas. Él, con su mirada profunda y sus palabras precisas, hará que la conversación se torne disfrutable en el cien por ciento de los tópicos; su propia historia o su análisis sobre la música y los códigos del rock, la autenticidad o sus personajes, sus viajes o su sentimiento por Fun People. Además, cuenta los pormenores del excelente segundo disco “Smiles From Chapanoland” y del tercer material que ya casi está listo para ver la luz.

“Yo me crié en el campo y en mi zona había muchas personas de esas a las que le dicen vagabundas. Y siempre me acercaba y tenía buena relación con ellos”. Así comienza el propio Boom Boom Kid la recapitulación de su vida. Y sigue: “Me acuerdo de un flaco que había ejercido medicina durante mucho tiempo, que había tenido casa y auto propio... y él, habiendo pasado todas las etapas sociales que supuestamente te hacen ‘ser persona’ me decía que eso no era lo real. Lo real es otra cosa me parece, es disfrutar cada momento de todo lo que hacés. Ahí me di cuenta de que los vagabundos son hombres que buscan la libertad total, y también entendí que el ‘sistema’ no iba para mí. Además, empecé a escuchar mucha música”.

(El Acople) ¿Qué hiciste a partir desde ese entonces?
(BBK) Comencé a buscar otras cosas, a juntarme con otro tipo de gente, a relacionarme con la música punk, a hablar con gente del rock, a estar mucho más en calle, en contacto con la naturaleza. Como te decía, lo que me hizo el “click” en la cabeza fue el contacto con las personas de la calle... que ya habían probado todo lo que yo supuestamente quería hacer y que se dieron cuenta de que no era así. Entonces cuando encontré algo que me hacía feliz, que era la música, nunca me fijé si me iba a dar de comer o si me iba a dar un techo. Me hacía y me hace feliz, y punto.

(El Acople) ¿Fue muy duro el cambio cuando te viniste para la ciudad?
De chiquito iba para la ciudad y no me disgustaba. Al contrario, me gustaba mucho. Como todo tiene sus cosas buenas, yo trato de concentrarme en eso y no en lo negativo. Sino se te empieza a venir la nube negra. Hay que concentrarse en tomar sol... (risas).


Entrando en el universo BBK...
Cuando enseguida la conversación gira espontáneamente hacia la música, el personaje de las mil identidades (pero de un solo espíritu) aprovecha para reflexionar sobre el rock: “Prefiero tocar en diez lugares pequeños en vez de en uno grande porque sino se pierde mucho la vibración. Muchas cosas que tienen que ver con la supuesta profesionalidad del rock en realidad lo están matando. Cuando dicen: ‘¡Che, qué bien que anda el rock!’ a mí me parece que anda muy mal”.

(El Acople) ¿Quiénes serían los responsables de eso?
Las mismas bandas. Pero bueno, es el concepto de cómo veo el rock yo y cómo lo ven las bandas. Para mí pasa por una cuestión de autenticidad y de espiritualidad. Hay mucha gente concentrada en ser original y para mí ser original no cambia nada. Lo importante es ser auténtico, auténtico con uno. He hecho cosas como tocar en un festival y las experiencias no resultaron para nada positivas; para la gente había estado bárbaro y para mí no estaba bien lo que había hecho.

(El Acople) Es verdad. No siempre lo que siente la gente es lo que siente uno sobre el escenario...
Yo estoy haciendo cosas que me hagan sentir bien, ¿entendés? Hay que hacer cosas que lo satisfagan a uno, sino el alma se va poniendo cada vez más oscura. Yo esto ya no me lo tomo como un trabajo: escribo, dibujo y hago cosas que me hacen sentir bien. Y no me pongo a pensar, como los productores, cuánta recepción va a tener lo que estoy haciendo. Gasto mi tiempo siempre en cosas positivas, ¿viste?

(El Acople) ¿Te cuesta seguir siempre fiel a esta especie de idealismo que tenés?
No es idealismo. Yo soy así.

(El Acople) Me refiero a “idealismo” porque en la práctica casi todo el mundo no tira para tu mismo lado...
Igual no hago las cosas para mostrarle a la gente que las cosas se pueden hacer de otra manera. No me concentro en eso. Trato de buscar la máxima autenticidad. Me interesa la autenticidad, por eso a veces tardo tanto en tocar: las cosas me cuestan más, pero por lo menos estoy feliz. Estoy dando pasos. He hecho muchas cosas y varias veces me golpee, pero ahora trato de no golpearme tanto.

(El Acople) Igual golpearse puede ser parte del camino.
Sí, porque en realidad, como te dije, mi única meta es tratar de ser auténtico todo el tiempo. Ir con la realidad, nada más. Acá no hay drogas, no hay nada de alcohol, a mí no me gusta nada que tenga que ver con el mundo del rock convencional, con la farándula. Todo eso apesta. Por eso me junto y hago un programa de radio (NdR: en FM La Tribu) con Marcelo Pocavida que es una persona totalmente auténtica. Más que armar mi propia trinchera trato de abrazar a la gente que está detrás mío.

(El Acople) ¿Sentís que la gente que te escucha, te sigue o te lee entiende esta autenticidad tuya?
No sé. Me concentro en mis cosas nada más y si hay respuesta... buenísimo. Sí me pone muy feliz el apoyo que recibo, pero no hago cosas para la personas. ¿Viste qué bastardas que son algunas personas que están metidas en el “rock”? Arengan todo el tiempo y dicen: “Aguante esto, aguante lo otro”. Y encima ven que la gente responde y siguen... me parece gracioso y por eso no quiero ver esa película. No trato de generar una escena ni nada... hago mis cosas.

(El Acople) Cuando vas a tocar por Argentina con tus compañeros llevan su sonido y se organizan con sus cosas. ¿En el exterior también hacen lo mismo?
No, cuando vamos afuera, cuando vamos a Europa o a Estados Unidos, organizamos todo con promotores que son amigos y nos dan los equipos necesarios. Toqué en dos festivales nada más en todas mis giras por el exterior: uno en Suiza y otro en el País Vasco. Lo hicimos pero no quedamos para nada felices porque era una cosa que no te permitía encargarte de nada. Eran festivales que igual no tenían ni vallado ni patovicas en el medio y entonces había una conexión más fuerte. Si vos tenés que poner a alguien para que cuide tu propio público... no sé... algo está pasando.

(El Acople) Pero eso pasa muchísimo acá.
La gente te va a ver porque te quiere. No te quiere pegar ni matar. Ahora todo tiene que estar controlado y cada vez están haciendo más sumisa a la gente. Si a alguien le vale buenísimo, pero a mí no me sirve. Para mí es una cosa muy fea, pero bueno. En nuestros recitales no hay vallas, nada más hay gente que está organizando el escenario. ¿Sabés por qué a veces hay caos sobre nuestro escenario? Porque como acostumbran a todos a estar contenidos, cuando vas a un show y no hay vallado se descontrola todo el mundo. Y también es culpa de las personas que nos educan: nosotros somos el reflejo de ellos. Uno no es malo cuando nace... yo no soy culpable de lo que soy, a mí me hicieron así. A nosotros nos dicen todo el tiempo cómo tenemos que ser, subliminalmente. Y eso nos mata como individuos. Hay un loco que dice: “Vos amás al rock, pero ¿el rock te amará a ti?”... es como pensar si vos sos realmente vos, o no. Igual lo que pienso hoy justamente lo pienso hoy... no sé si mañana voy a pensar de otra manera. No hago de esto una ley a seguir, ni predico, ni nada.

(El Acople) A veces no se entiende que para ser “coherente” uno también tiene que ir mutando...
Es que uno va cambiando, todo el mundo cambia. Igual tampoco sé qué es la coherencia. Es más, yo estoy más del lado de las personas locas que de las coherentes.

(El Acople) Volviendo a lo que decías, ¿te fastidia que muchas veces el público se suba al escenario y hasta te saque el micrófono?
No, para nada. A veces desaparecen un par de cosas que llevo, pero bueno, la próxima trato de llevar menos. Y si pasa algo, de la culpa nos hacemos cargo nosotros. Trato de no echarle la culpa a los demás. Al final uno puede irse a su casa y decir: “Lo hice como quería”. Y es un sabor muy lindo.

(El Acople) ¿Es muy distinto el público de afuera?
No, es igual. Lo único que lo diferencia es el cambio de idioma. Y también las condiciones: vos vas a tocar y atrás del escenario los organizadores te traen frutas, un montón de comida, te dan lugar para dormirte, te dejan bañarte... acá vas a lugares y al dueño le generás un montón de dinero e igual no te ponen nada. Es un gran problema porque las bandas tampoco exigen ese trato. A veces hace más frío en el lugar donde uno va a tocar que afuera.

(El Acople) ¿Imaginaste que gracias a la música ibas a viajar tanto?
Siempre quise viajar. Y no siento que me valla de gira; somos cinco o seis muchachos que nos vamos de vacaciones todo el tiempo. Disfruto muchísimo lo que hago. Encima siempre damos como dos shows por día... termino de tocar el primero y siento que tomé Speed (risas). Y en los segundos recitales estamos a full.

(El Acople) ¿Ensayan seguido?
No, nosotros tocamos y las canciones van surgiendo. A veces capaz que no ensayamos por dos o tres meses y cuando nos juntamos hacemos treinta canciones. Igual yo compongo canciones todos los días: con el pianito, con la guitarra, ruiditos con la boca... también escribo y dibujo. Lo que sí, a veces, los tiempos que yo quiero tener no son los tiempos de los chicos que tocan conmigo. Pero lo que está bueno es que concentramos todo en tener la amistad bien guardada. Vamos tranquilos, porque como te dije al principio, las cosas apresuradas que tienen que ver con lo que supuestamente es el rock es lo que lo está matando.

(El Acople) ¿Sos de llevarte bien con otras bandas?
Sí, sí. Por ejemplo a veces voy a una pizzería que está en San Telmo y ahí al costado suelen tocar jazz unos chicos, y es un grupo bastante copado. O me cuelgo con algún chabón que está cantando en la calle. Una vez vi a un muchacho que dice que fue guitarrista de Alfredo Zitarrosa. Cuando voy en tren veo a muchos músicos muy buenos. A veces no me gusta porque las bandas no son auténticas, y eso no me lo como. Además, voy a ver bandas muy lindas, pero no escucho solamente rock, me gusta de todo.


Doctor Disco, Mister Personalidad y algunas cosas más
(El Acople) Contáme algo de tu segundo disco “Smiles From Chapanoland”.
Realmente fue todo un proceso largo pero bonito. Estoy muy conforme con el disco y todo lo que está metido ahí. Estoy muy feliz, y pocas veces me sentí tan feliz con un disco; he logrado el sonido que buscaba, me sentí muy cómodo con la mezcla, no hice nada con presión, y fue todo muy cool. Estoy dudando si no es el disco más logrado que hice. Ahora estoy a full, con una energía súper grosa. Estuve haciendo todo muy tranquilo, muy copado. Hay momentos en que me di cuenta que podría haber cantado mejor pero lo quise dejar así, como para no perjudicar lo que iba fluyendo. Surgió así y la grabación la tomé como un recital.

(El Acople) ¿El concepto lo tenías pensado desde el principio?
Sí, desde el vamos... porque nosotros ensayamos en Chapanoland. Somos personas que tenemos problemas y las canalizamos mediante la música. Es duro vivir en un planeta tan hostil, pero bueno, yo no me quedo con eso y la trato de luchar, luchar a mi manera, con canciones. Para mí el punk no tiene que ver con el nihilismo, no pienso en la “autodestrución” o que todo es una mierda. Yo sigo el camino de la “autoconstrucción” y el de la búsqueda de gente que quiera hacer cosas positivas; ese es precisamente el concepto de Chapanoland. En realidad todo se trata de una continuación que viene desde el primer material que grabé, porque yo estoy hablando siempre de lo mismo.

(El Acople) Habías hablado también de que Chapanoland es un cementerio... ¿cómo es esa historia?
A ver... ¿cómo decirlo? Hay personas que van al gimnasio y concentran toda su vibración levantando pesas. Otras salen a correr. Y bueno, para nosotros la sala de ensayo es el cementerio de la mala vida, ahí muere todo man. Entonces Chapanoland es el cementerio utópico que nos gustaría ver algún día, ¿entendés? Pero no tiene que ser una cosa material, sino mental. Los cementerios son una cosa súper triste; tienen que ver con el ego y la posición que te toque en la sociedad. Yo el día que me muera quiero que me quemen y me dejen volar con el viento porque lo que te dejó una persona queda en el corazón. En fin, Chapanoland es una cosa así... es ver enterrada toda esa maldad del mundo. Y es difícil porque lamentablemente soy humano y el humano es un depredador. Personalmente es una lucha diaria pero a la vez cada día voy aprendiendo más.

(El Acople) ¿Se te hace difícil vivir con tus alter ego? Antes eras Nekro, a veces salís y tocás como Il Carlo, a veces sos Miss Muerte, otras sos simplemente Boom Boom Kid...
Es lo mismo, ¿viste? Cambio porque me gusta, qué se yo. Aparte, yo no soy Carlos Daniel Rodríguez... así es como me pusieron mis padres, yo no soy esa persona. En este momento soy Boom Boom Kid. El tema de las personalidades es algo que me permite no tener contratos; el día de mañana puedo cambiar y hacer otra cosa... pero use el personaje que use siempre hablo de la realidad, de lo que me afecta, de lo que veo a mi alrededor. Pienso muchas cosas y las plasmo en algún lugar porque sino me hace mal retenerlas.

(El Acople) Entonces debés ser de los que siempre tienen un anotador a mano...
Sí, todo el tiempo. ¿Hasta sabés las cosas que perdí por llevar tantos papeles? Y ahora me gustaría tener una cámara de fotos, porque veo cada cosa...

(El Acople) ¿Creés en alguna religión?
No. Creo en el sol, en las personas que quiero. También creo en la espiritualidad.

(El Acople) Y bueno, ya que estamos, ¡tengo que preguntarlo! ¿Qué onda Fun People?
¡Cómo hinchan, loco! No hay nota que no jodan con Fun People (risas). La verdad que no estoy pensando en volver. Toco canciones en mis conciertos porque me gustan y las disfruto, pero ahora no siento que tenga que hacer nada más. Lo hice y ahora no tengo ganas de hacerlo más. Hace un tiempo pintó y volvimos esporádicamente. Está todo bien, siempre está abierta la posibilidad de hacer algo el día de mañana. Me pone muy feliz haber crecido espiritualmente y haber estado en una familia como lo fue Fun People. Me encanta porque hicimos cosas muy lindas. Me parece que si bien cometimos muchos errores... la pasamos muy bien. Igual estoy concentrado en otras cosas.

(El Acople) ¿Hay algo que nunca te preguntaron y te gustaría que te preguntaran?
A mí me gusta preguntar, no que me pregunten.

(El Acople) ¿Y qué te preguntarías?
Mmm... ¿cuándo va a salir esta nota? (risas).


Exclusivo: Tercer disco + novedades varias
Ávido de componer constantemente, Boom Boom Kid ya tiene listo un material que saldrá a la venta en dos meses, según él mismo pudo precisar. ¿Que el segundo trabajo salió hace menos de un año? ¡Eso ya es mucho tiempo! “El nuevo disco se va a llamar The Manny Many Moods Of BBKid y va a salir mucho más rápido que Smiles From Chapanoland porque ya tenía canciones que fueron quedando afuera de los cd´s y de los simples, y usé eso. El concepto tiene que ver con lo ecléctico de los temas en cuanto a formatos, formas de grabación...”.

Además de estar cerrando los detalles para su regreso a los escenarios de Capital (en donde no se presenta desde hace un año), BBK acaba de lanzar nuevos funzines de su impronta. Son "Coco queimado", "De historias con mi vespa", "Run fast to nowhere quizás" y "Lo pior de lo pior". Para más información, se recomienda chequear www.bbkidz.tk.


Estadía:
casi dos horas

Paisaje:
reconocida heladería del barrio de Caballito

Clima:
cálido y fluído

Estimulante:
cafés y sodas

Tercer tiempo:
intercambio de anécdotas

Entrevista: Nacho Girón (Redacción de El Acople)