La consolidada banda rosarina volvió a Buenos Aires para llenar dos fechas en el recién inaugurado El Teatro Flores. Antes unas 1600 personas por noche, el septeto desplegó recitales intensos, armados de manera precisa y reflejados con un sonido apabullante.
------------------------------------------------------------------
Si quisiéramos hacer un mapa musical de la República Argentina, sin dudas deberíamos indicar a Rosario como una de las ciudades más agitadoras del rock local. La incredulidad se aniquila tan sólo analizando el ejemplo de grupos como LOS VANDALOS, EL VAGON, BULLDOG, VUDU, los ascendentes FLUIDO, ASPHIX, o los reyes de la movida: CIELO RAZZO, que este fin de semana reventaron dos fechas en el nuevo El Teatro Flores de Buenos Aires.
Dueños de una energía apabullante que en vivo alcanza su máxima expresión gracias a una base sólida y a una voz que le da intensidad a lo que suena, los integrantes del septeto ya asumieron la cruel realidad del sistema nacional... eso de que por más en tu propia provincia te sigan miles y miles de personas, es necesario copar Capital Federal para que los señores Medios Masivos de Comunicación te presten un poco de atención. ¿Injusto? ¿Desequilibrado? Sí, pero verdad.
“Cuando una banda del interior lleva gente en su provincia, sabe que tiene que ir a Buenos Aires –reconocía el cantante PABLO PINO en una reciente entrevista con EL ACOPLE-. Nosotros crecemos sabiendo esta cuestión de que hay que mover gente en Buenos Aires para que te den bola”. En esa oportunidad, el guitarrista FERNANDO AIME completaba: “Capital es el objetivo que uno siempre aspiró a llegar. La ventaja que tenemos nosotros en este siglo, es que con la llegada de Internet no nos hizo falta tener que radicarnos acá como sí tuvieron que hacer otras bandas rosarinas y del interior. No es mala onda, pero no queremos venir a vivir a Buenos Aires ni a palos, pero sí queremos venir siempre a tocar, mil veces, un millón de veces si se puede”.
Al parecer, los integrantes de CIELO RAZZO asumieron los dichos de FERNANDO como palabra santa; es que no sólo llenaron tres veces El Teatro de Colegiales a mitad de este mismo año, sino que también volvieron por más el viernes y sábado últimos para llenar dos noches El Teatro Flores, con unas 1600 personas por show. De todas formas, ya lo había aclarado PABLO de manera contundente: “El tema es pasarla lo mejor que se puede. Si nosotros tenemos que hacer un Obras a fin de año, bienvenido sea. Pero eso no es algo que nos desvele”.
Como una tangible catarata de sonidos que estimulaba el pogo y hasta el lanzamiento de algunos globos (¡sí, globos!), la agrupación rosarina inauguró el recital del viernes con “Sola” y “Charlone”, dos canciones movedizas de su última producción discográfica editada por Pelo Music y denominada “Marea”. Un compacto que si bien es prácticamente nuevo ya encontró un lugar preciado entre los seguidores de todo el país, y que además llevó a CIELO RAZZO a determinar una identidad propia que los aleja aún más de las similitudes que muchos encuentran a nivel musical con una conocida banda de El Palomar.
Dejando de lado el hecho de que el cd más reciente aplana con su sonido y aporta arreglos certeros, algunos de los momentos más intensos del recital arribaron con un par de composiciones de la primera placa de CIELO. “Buenas” aportó así un par de joyitas como “Sin salida” –que arrancó a capella y terminó con una especie de explosión musical que dejó a PABLO extasiado en el piso- y “Que se yo” –que levantó todos los brazos del público y contó con un excelente aporte del tecladista MARCELO VIZARRI-.
Al show no le faltaron segmentos de intimidad como cuando los siete integrantes se acomodaron sobre unas banquetas y se animaron a sonidos electroacústicos en “Muñequito” y “Esquina”; segmentos para el pogo en círculos y el desparrame de energía como sucedió en “La cruz”; ni tampoco instantes para el desenfreno de los ya clásicos “Estrella” y “Luna”, que dejaron más de una garganta sin voz.
La ineludible desaparición del escenario con el objetivo que la gente coree por los bises trajo de nuevo a CIELO RAZZO sobre las tablas para que concluyera con una lista de 27 temas que se cerró finalmente con una versión bien power de “¿Quién baja la pala?” y con un PABLO emocionado diciendo “Buenos Aires gracias por su corazón, por su tiempo, por sus orejas y por sus sentimientos”.
La banda empezó en 1993 y a pesar de varios cambios supo continuar con la difusión de su amor por la música. También vivió con la frente bien arriba la dolorosa ausencia del baterista PABLO CARUSO y del escenógrafo CLAUDIO, que murieron en un accidente cuando regresaban de una presentación en vivo en el año 2003... pero juntos decidieron extender el sueño que habían iniciado con los que ya no estaban. Ahora no sólo el interior les tiene los ojos puestos sino también ese monstruo de cemento conocido como Buenos Aires. CIELO RAZZO, ¿referentes de la movida provincial y agitadores merecidos del rock nacional?
Nacho Girón (Redacción de El Acople)