El Coliseo vibró con LOS TIPITOS

El cuarteto presentó definitivamente su nuevo disco en una noche que contó con numerosos invitados de toda índole musical. Sonido impecable, clima distendido, ambiente de amigos, arreglos exquisitos y algunas sorpresas en una fecha que dejó contentos a todos.
------------------------------------------------------------------

Con el incentivo de ser ovacionados por un público sin barba que casi llenó el Teatro Coliseo, festejados en cada una de las 30 canciones del recital y pogueados a pesar de las características del lugar, LOS TIPITOS fueron los productores de una noche prolijísima en la que presentaron formalmente su séptimo disco “Armando Camaleón”, al que muchos ya le han colocado el rótulo de “flamante” -un concepto tan insulso como deseado, y merecido-.

¿Qué se puede decir que no se haya dicho todavía sobre LOS TIPITOS? Que ni bien empezaron los apadrinó LEON GIECO, eso se sabe. ¿Que no se cansaron de tocar en Villa Gesell? ¿Que su segunda casa son las plazas? ¿Que hacen música ideal para campamentos, para fogones? ¿Qué sin un peso partido al medio se las ingeniaron para crecer de a poco, primero en el Parque Centenario, después en Cemento, más tarde en el ND/Ateneo y ahora en...?

El Coliseo coreaba entero al ritmo del estribillo power de la nueva “Camaleón” y ya no quedaban dudas de la solvencia energética que despliega el cuarteto en escenarios cerrados. Así se disfrutan más los teclados de WALTER PIANCIOLI en “Un amor”, o se diferencia con otra claridad la destreza instrumental y poética de “Flasheadito”.

Y por más que la banda impulse la reclusión en lugares íntimos y con buena acústica, el “volvé a Cemento la puta que lo parió” no tardó en aparecer y sorprender a todos LOS TIPITOS. “Nos mataron –dijo entre risas el cantante y violero RAUL RUFINO-. ”Igual ya vamos a ir de vuelta. Ahora disfruten lo que viene”.

Tres actos, muchos amigos
Como en el viejo teatro de señoras pseudo-cultas pero con cuatro pseudo-adolescentes sobre el escenario, el show se dividió en tres segmentos de despliegue impecable, cada uno con invitados de la misma talla.

En el primer bloque, hiper eléctrico y distorsionado, además de sacar del arcón a “Matorral” –tema incluido en los viejos demos de LOS TIPITOS, que se volvió a editar este año con el nombre de “Primera grabación”- llegaba el gigante JAVIER MALOSETTI para endulzar con su bajo a “Marcando la bobera”.

Por su parte, PABLO ROMERO y EDUARDO SCHMIDT se encargaron de levantar a todos de sus butacas y de regalar una mezcla entre “Existen” y una propia: “La Vida”. En el estribillo, los dos cantantes se animaron a un gracioso “¡Los Tipitos no existen, Árbol sí, Árbol sí, Árbol sí!”.

Después de un delicioso y limado “Trip”, GASTON MOREIRA de LOS PERICOS introdujo con su acordeón el segundo acto con una cálida versión de “Casa nueva”, y sólo unas canciones más tarde JUANCHI BALEIRON participó de “Reality show”, que incluyó electroacústicas y los típicos sonidos en vivo de botellas y vasos. “Es una técnica que aprendimos después de los asados”, aclaró RAUL, entre risas.

Las letras de LOS TIPITOS y el juego que con ellas hacen las primeras y segundas voces son extremadamente emocionantes. Hay reminiscencias a JUAN CARLOS BAGLIETTO y al viejo LITO NEBBIA, a rock de antes y al mejor sonido café-bar. Y todo eso se nota sobre todo en las nuevas “Sábados blancos” y “Silencio” –en esta última participó MINI VILLANO en la viola-, y por qué no, también en toda la discografía de la banda.

“Nos hizo ver la música de otra manera”, sentenció WALTER después de que PABLO GUYOT hiciera hablar a su guitarra a fuerza de punteos justamente en “Habla conmigo”, otro de los estrenos.

Y para final, hubo dos joyitas que mostraron la creatividad de estos sujetos con esencia de suburbio. La primera, “El Poli”, tal vez una de las críticas con más altura que haya recibido la yuta; el cuarteto mostró que las palabras que más duelen son las que están despojadas de insultos: “Aquí todos fuimos a la escuela”, “Tu cultura no es mi culpa” o “Tu mamá te acuna en sus piernas, te carga el arma y te manda a trabajar”, son algunos ejemplos de lo duras que pueden ser esas quejas con nivel.

Ya en el marco de los bises, la segunda perlita fue un popurrí de sello propio al que llamaron “Lamento rockero”. Con una flauta e instrumentos autóctonos, la banda brindó un enganchado de sonido aborigen pero con canciones de KISS, AC/DC, QUEEN y hasta de CHARLY.

De frente a un público que en las populares no paró de alentar con las manos y que cerca del escenario empujó como si fuese alguna placita de Gesell, RAUL, WALTER, FEDERICO Y PABLO se agarraban la cabeza sorprendidos y agradecían con el dedo índice a todos los sectores del teatro.

La música de LOS TIPITOS -por momentos monótona, por momentos emocionante, por momentos adrenalínica- evoluciona sin pausa pero mantiene ese toque de barrio, de campamento, de calle Montiel, y promete seguir creciendo tanto en calidad como repercusión. El As bajo la manga ya está sobre la mesa y se llama “Armando Camaleón”...

Nacho Girón (Redacción de El Acople)

Entrevista a CARAJO

“Detrás de este disco hay amor”
Carajo no paró de llenar lugares, fue numero puesto en festivales, consolidó un público propio y se construyó un lugar en la escena rockera gracias a un adrenalínico primer disco. Marcelo Corvalán, Andrés Vilanova y Hernán Langer nos cuentan sobre “Atrapasueños” -su esperado nuevo trabajo-, repasan su jugosa historia y hasta se animan a hablar de su pasado.

“Corvata” deja tranquilo su submarino chocolatado y se sincera: “Cuando arrancamos pensamos que iba a ser todo mucho más difícil. Igual sabemos que estamos en una prueba constante y por eso hay que seguir superándose tanto a nivel individual como a nivel banda”. Ese es el pensamiento del grupo tres años después de su formación. Ahora, la agrupación, que crece constantemente, tiene bajo el brazo un segundo disco que ya despierta expectativas y que parece traer nuevas mentalidades en el trío.


(El Acople) ¿Cómo ven la consolidación que fue teniendo Carajo?
(Corvata) Creo que había una necesidad en el ambiente musical, o quizás en la parte más pesada del rock, de tener una propuesta nueva. Encima ya desde antes de que saliéramos nosotros había un montón de propuestas interesantes de otras agrupaciones como Santos Inocentes o Raíz, pero al final esos grupos no tuvieron el tiempo necesario para fortalecerse. Ahí aparece Carajo. Todos esos factores ayudaron a que la gente nos diera la oportunidad de escucharnos. Nosotros salimos y lo único que pensamos fue tocar y tocar; lo demás vino solo. El hecho de intentar dar un buen show, romperse el culo desde la composición o apuntar a una propuesta original también ayudó para lo que vino después. Pero todavía nos sigue sorprendiendo ver la cantidad de gente que nos apoya.
(Andrés) Aparte gracias al primer disco pudimos ir a un montón de lugares.

(El Acople) Ya antes de sacar su primer cd había bastante expectativa con ustedes...
(Andrés) Es verdad, eso fue porque la banda salió a tocar mucho antes del primer disco. Entonces cuando lo sacamos la gente ya tenía más entusiasmo porque algo había escuchado. Y ahí si, cuando lanzamos “Carajo” todo lo que habíamos hecho anteriormente hizo que creciéramos mucho más rápido en convocatoria, por ejemplo. El público ya reconocía nuestro nombre. En todo eso influyó también el tema “Sacáte la mierda”, que es la canción por la que nos ubica la mayoría de los pibes. Ahora se generó una expectativa grande porque el primer disco lo tocamos un montón. Hasta sacamos cuatro videos. Sobre todo la gente más fanática tiene necesidad de temas nuevos y de una nueva etapa. Ya pasó mucho tiempo desde que pasó todo lo que digo y realmente era hora de sacar nuevo material.

(El Acople) ¿Los ayudó en su consolidación el hecho de que son una banda que intenta no encasillarse?
(Corvata) No apuntamos a un público específico ni queremos ser la mejor banda dentro de un estilo concreto. Hasta hemos versionado nuestras propias canciones para que en vivo la gente vea cosas diferentes. Todo eso hace que quizás seamos difíciles de encasillar y que públicos como el de Arbol, Kapanga o incluso Intoxicados a veces vean cosas interesantes en nosotros. Por más que hayamos hecho cosas en formato acústico y hasta nos hayamos animado a cantar cumbia, para nosotros la intención de las canciones es siempre la misma. Pero buscamos hacer cosas raras para no aburrirnos.
(Hernán) Son formas de jugar y probar matices. Agarrar un tema y abstraerlo para hacerlo en una música totalmente distinta a la que fue concebido habla de nuestras ganas de ser distintos.

(El Acople) Igual el público local abrió muchísimo la cabeza...
(Corvata) Sí, eso también ayuda a que las bandas nos animemos a hacer cosas diferentes. Nosotros aparecimos en una “época de recambio”, una época en donde muchos grupos cambiaron sus formaciones, se disolvieron o crearon nuevas cosas. Así se fue gestando un ambiente más relacionado con la fusión rockera que se está dando en estos tiempos.

El disco
(El Acople) ¿La idea había sido editar antes el nuevo disco?
(Corvata) La idea originaria era sacarlo a mitad de año pero como preferimos hacer las cosas lo mejor posible tardamos mucho tiempo grabando y puliendo detalles. Volvimos a hacer cada huevada que no nos convencía. Ese retraso aumentó mucho más las ganas del público y de nosotros mismos de ver el material en la calle.
(Andrés) El laburo lo hicimos tranquilos y por eso estamos conformes con lo que quedó. Le dedicamos a cada detalle todo el tiempo que nos parecía necesario. En medio seguimos tocando mucho y eso ayudó a ir preparando las ganas y el momento adecuado para presentarlo.
(Corvata) Siempre hay un factor de dilatación importante en Carajo. Es claro que no podemos cumplir los tiempos que nos proponemos porque siempre tardamos más de lo que establecemos. Pero preferimos hacerlo así, sin presiones, y que salga un laburo mucho más elaborado.

(El Acople) Cuéntennos un poco cómo fue esa grabación
(Corvata) Hicimos las bases en el estudio Circo Beat, terminamos con las guitarras y las voces en Panda y en el estudio de Pinchón Dalmont. Las mezclas las hicimos en Panda y una partecita de vuelta en lo de Pichón; todo eso fue por una cuestión de buscar lo mejor de cada estudio. Al final, “Atrapasueños” se masterizó en Los Ángeles por Tom Baker. Fue una grabación relajada pero nunca se paró de trabajar.

(El Acople) ¿Y el arte?
(Corvata) La tapa es un dibujo bien expresivo que representa mucho lo que es el disco, que como decíamos antes, es bien optimista. A pesar de que hay un par de títulos que suenan oscuros, no tiene para nada ese tinte.

(El Acople) ¿Cómo vivieron las diferencias entre la grabación de uno y otro disco?
(Andrés) La diferencia se dio en la composición más que nada. En este último trabajo estuvimos menos tiempo en el estudio y mucho más componiendo.

(El Acople) ¿Qué nos pueden decir sobre la composición?
(Corvata) Nosotros vamos componiendo sobre la marcha. No es que llega el momento de grabar y recién ahí nos ponemos a hacer canciones. De hecho apenas sacamos el primer disco ya estábamos tocando temas nuevos. Y este nuevo compact tiene temas que están terminados hace un año y medio por lo menos y que hasta los estuvimos probando frente al público. Es que hay una necesidad de tener más repertorio. Vemos la buena onda de la gente y todo el apoyo que nos dan y entonces también por eso hacemos cosas constantemente, para no dejar a nadie con las ganas.

(El Acople) ¿Y qué tiene de nuevo “Atrapasueños”?
(Corvata) En este disco hay una búsqueda. En el primero había una adrenalina que quedó resumida perfectamente en “Sacáte la mierda”. En ese entonces quisimos ser los portavoces de lo que pasaba socialmente y también de un montón de cambios que vivíamos a nivel personal. Pero en “Atrapasueños” hay una búsqueda más profunda; como tenemos un espacio ganado entre la gente estamos yendo más allá en cuanto a lo que queremos decir.

(El Acople) ¿En qué sentido están yendo más allá?
(Corvata) Por ejemplo en “El error” hablamos justamente de no sólo marcar los errores de lo que pasa sino también de empezar a tener conciencia de cuáles son las deficiencias que te hacen llegar a algo equivocado. Proponemos partir del mismo error para tener conciencia de no volver a cometerlo y tratar de mejorar. Juzgarse a uno mismo antes de juzgar a los demás. Ya ahí hay un cambio de enfoque; hay amor detrás de este disco y eso se nota en los distintos temas.
(Hernán) El cd aporta aditivos nuevos. Por ahí antes no estábamos preparados para lo que estamos haciendo ahora. De esa manera, uno como músico se pone a prueba y ve cuán grande es su abanico.

(El Acople) ¿Las letras van por otro camino?
(Andrés) Es cierto que en el primer disco había cosas como “Sacáte la mierda” pero tampoco era lo único que decíamos. “Atrapasueños” es mucho más introspectivo. Y no tuvimos prejuicios al componer.
(Corvata) No hubo prejuicios ni con las letras ni con la música. Hay un tema que se llama “De frente al mar” que parte directamente de una idea acústica y que tiene invitados como Jorge Araujo y Botafogo. Eso le da un sonido más étnico, saca al disco un poco del rock. Ese es un ejemplo concreto de lo que decíamos sobre la búsqueda musical y de hecho es una canción de la que nos sentimos totalmente orgullosos. No nos da miedo mostrarlo porque eso también es Carajo. Aparte nos dimos cuenta que en este tiempo ganamos nuevas influencias más callejeras como Motorhead o Guns And Roses, que nos aportaron al mismo tiempo la simpleza y la adrenalina de sus riffs setentosos.

(El Acople) ¿Cómo están planeando la presentación en Cromañón?
(Andrés) Vamos a hacer todos los temas como cumbias (risas)
(Corvata) Nuestro objetivo es hacer que la presentación suene lo más parecido posible a lo que es el disco. Hasta va a haber un par de temas con tecladistas invitados para romper un poco nuestro propio formato. Pero obviamente el show va a estar centrado sobre “Atrapasueños”.


RECUADRO: “Estamos todos donde queremos estar”
En el ultimo show de A.N.I.M.A.L., hubo cánticos nada felices contra el grupo. Aquí Carajo nos cuenta su impresión sobre el hecho.

(El Acople) ¿Qué nos pueden decir de lo que pasó?
(Andrés) No me sentí agredido porque no soy lo que ellos dicen que soy. No me hice cargo de esa agresión ni estoy en la música para agredir.
(Corvata) Nosotros intentamos suprimir todo tipo de agresión. Tenemos conciencia de que tenemos un rumbo y vamos hacia un lugar determinado. Si querés insultar andá con los políticos, no con una banda que trabaja y se mueve.
(Andrés) Con respecto a lo de A.N.I.M.A.L lo importante es que cada uno tomó un rumbo distinto, estamos todos contentos y estamos donde queremos estar.
(Corvata) A mí me encantaría ir a ver a A.N.I.M.A.L pero no voy porque sé que todo el tiempo me van a romper las pelotas. Lo de los insultos ya pasó y las cosas ya están donde tienen que estar. Lo importante es que la gente sepa que está todo bien.


Estadía:
Casi dos horas

Paisaje:
Bar Ingles (entrevista) y Parque Lezama (fotos)

Clima:
Cálido

Estimulante:
Cervezas y submarinos con medialunas

Tercer tiempo:
Charla y comentarios varios

Entrevista: Aníbal Levaggi y Nacho Girón (Redacción de El Acople)
“Hasta hace poco era impensable que el rock uruguayo llegara a Obras”

Con un tercer disco bajo el brazo y antes de pisar por primera vez el Templo del Rock, Sebastián “Enano” Teysera y Sebastián “Cebolla” Cebreiro, cantantes de La Vela Puerca, cuentan el aventurado camino que tuvieron que recorrer para consolidarse tanto en Uruguay como en nuestros pagos.

De fondo suena “A Contraluz”, el nuevo material de los yoruguas después de tres años de ausencia discográfica. “Sinceramente en un momento se me caía la cara de vergüenza de tocar lo mismo de siempre –comenta el “Enano”, entusiasmado-. Pero esperamos lo necesario y ahora salimos a la cancha otra vez con todas las pilas”. Claro. Con todas las pilas; gran cantidad de presentaciones en su país natal, alguna que otra gira por Europa y dos Obras que se hicieron esperar pero que llegan en la mejor etapa de una banda que en Argentina ya juega de local.

(El Acople) ¿Qué se acuerdan de la primera época, cuando todavía viajaban en carpa?
(Cebolla) Nos acordamos de todo. Cuando hicimos la primera mini-gira nos fuimos en un camioncito con las carpas, con gente que tocaba los tambores, malabaristas y hasta chicas con zancos.
(Enano) Ahí lo que hacíamos era instalarnos en el lugar el día antes de tocar para recorrer un poco la zona con los volantes y toda esa gente que nos acompañaba. Éramos como 20.
(Cebolla) Una vuelta fuimos a Punta del Este a manguear plata para morfar.
(Enano) Y en otra hubo todo un problema con la policía de Piríapolis porque nos agarramos a piñas con los dueños de un boliche que no nos quería reconocer lo poco que habíamos ganado.
(Cebolla) Con el tiempo pasamos de las carpas a dormir en los escenarios de los lugares donde tocábamos. De hecho, cuando empezamos a venir a Argentina no teníamos un mango para nada y terminamos durmiendo, por ejemplo, en el Salón Pueyrredón. En el interior de Uruguay era viajar y volver enseguida porque no teníamos nada. Volvíamos con la felicidad de que nos habían escuchado cincuenta personas.
(Enano) Es verdad que ahora todo cambió. Había cosas que no estaban en nuestras manos como el hecho de no saber lo que iba a pasar después de que sacáramos el primer disco. Para bien o para mal, todo es diferente después de que una banda lanza un compact. Empezó a pasar que cada vez venía más gente y el espectro de lugares donde podíamos tocar se hacía cada vez más chico. No podíamos estar en lugares para 6 mil personas pero tampoco en boliches muy reducidos.

(El Acople) ¿Ustedes se iban dando cuenta de que crecía tanto la bola?
(Enano) Fue todo tan rápido que sentíamos constantemente que no estábamos a la altura de lo que pasaba y que estábamos quemando etapas. ¡Si hasta en 1997 tocamos con La Abuela Coca y con Los Piojos, y eso que no habíamos sacado ningún disco y hacía nomás un año y medio que ensayábamos! Costó un tiempo tomar conciencia y plantearnos si queríamos seguir en serio con La Vela. En esa época todos laburábamos de otra cosa y de un momento para el otro nuestra propuesta dejó de ser un hobby. Así la bola empezó a crecer con todo, a tal punto que nosotros mismos intentábamos frenar el impulso para poder disfrutar un poco lo que hacíamos.
(Cebolla) Mientras en Uruguay crecíamos casi sin darnos cuenta, Argentina fue siempre un cable a tierra para nosotros, porque acá volvíamos a ser chicos y poníamos mucho esfuerzo en cada paso que dábamos. Primero tocábamos en el Salón Pueyrredón, después en el Marquee, más tarde pintó un Cemento y después dos, El Teatro, y ahora... doblete en Obras.
(Enano) En este momento nuestro cable a tierra es Europa porque vamos por ejemplo a Alemania y tocamos de vuelta frente a 25 personas. Es loco porque volvemos a Uruguay y vienen 5 mil. Es muy sano para una banda ese sentimiento de saber que llegaste a un lugar importante en algunos países, pero al mismo tiempo saber que en otros estamos recién empezando. Habíamos pensado que los alemanes iban a ser unos fríos tremendos y sin embargo nos dieron vuelta; la gente desde el tercer tema entendía tanto lo que proponíamos como nuestra actitud, y después empezaba a poguear. Por eso me sorprendió la sensibilidad de los tipos, que no entendían nada las letras pero se prendían como cualquiera.

Hacia la otra orilla del Río de La Plata
(El Acople) ¿Qué les pasó las primeras veces que vinieron para Argentina?
(Cebolla) Al principio mandamos una delegación para que encontrara lugares donde podíamos tocar.
(Enano) Vinimos e hicimos un show con Las Manos de Filippi en Showcenter. Al otro día ya teníamos invitaciones para hacer otra fecha. Por suerte tuvimos la posibilidad de hacer todos los pequeños pasos que hace una banda argentina normal. Estábamos convencidos de que hacer las cosas de esa manera iba a ser importantísimo y así íbamos a obtener apoyo real de la gente. Haber tocado en El Teatro y estar por ir a Obras es fruto de haber hecho las cosas de esa manera creíble. En un lugar más lejano como México no te podes manejar así porque queda muy lejos, pero teniendo Buenos Aires al lado...

(El Acople) ¿Encontraron particularidades en el público argentino?
(Enano) Hablando de la escena rockera, creo sin lugar a dudas que en Uruguay hay un techo. Acá también hay un tope, pero seguramente es mucho más alto que el nuestro. Y hablando del público, pienso que recién ahora la gente uruguaya y argentina son prácticamente lo mismo. Hace 15 años era imposible ver acá a un pendejo con la remera de una banda uruguaya; no existía el apoyo que hay ahora, ni la incondicionalidad ni el compromiso. Después de nuestra dictadura surgieron bandas, pero eran agrupaciones muy rockeras, muy under. “Concierto de rock” significaba “lío con la policía”; era dificilísimo hacer un show o un festival. Después la mayoría de esas bandas se terminaron separando y no pasó nada durante mucho tiempo, hasta que más o menos en el 94 se armó una nueva historia que tiene los frutos en todo el enorme fenómeno que podemos ver ahora en Uruguay. En la actualidad el público uruguayo apoya mucho el rock, y es muy parecido al de acá.

(El Acople) ¿Y cuando cruzaron el charco con qué se enfrentaron?
(Cebolla) Con los amigos, que eran los únicos que nos venían a ver pero que nos daban un apoyo terrible. Fueron pasando los recitales y por suerte empezó el “boca en boca”.

(El Acople) ¿Con el tiempo empezaron a sentir que acá jugaban de local?
(Enano) Comenzamos a notar un cariño más masivo. El hecho de tocar todo el tiempo y que la gente vaya viniendo seguido fue logrando que tanto el público como nosotros tengamos una especie de sentido de pertenencia.

(El Acople) ¿En esencia, la evolución de La Vela Puerca fue muy distinta en Uruguay y en Argentina?
(Enano) Acá todo se dio al revés que en Uruguay. En Argentina las cosas se dieron paso a paso. Fueron seis años seguidos de venir todo el tiempo porque tampoco es que caímos de la nada y crecimos. Fue un trabajo tan de hormiga que todo se fue entendiendo; eso no quita que cada vez que vengamos nos sorprendamos más. Si te ponés a pensar, por ejemplo, los Obras que vamos a hacer ahora son muy locos porque no hay ninguna banda de rock uruguaya que haya hecho cosa semejante. Es toda una parada Obras. Más allá de representar a una banda de música también sentimos que está todo el rock de Uruguay atrás de ésto.

Una banda amiga que les aguanta el nuevo disco... en Obras
“Se rompe con un sueño, con una utopía. Vos imagínate que hasta hace poco era impensable que el rock uruguayo llegara a Obras. Y está bueno ver que, al fin y al cabo, sí se puede”, dice alegremente el “Enano”. Y agrega: “En Uruguay lo mismo; que una banda rockera tocara en el Teatro de Verano parecía imposible, sin embargo sucedió, y sucedió varias veces. También se rompe con la utopía del hecho de ir a Europa porque ahora todo el mundo va. Inclusive la tercera vez que fuimos al Viejo Mundo nos encontramos con La Abuela Coca. Por eso, con el laburo de todas las bandas esos sueños se van transformando en algo posible y real. Y sinceramente, nos gusta hacernos cargo cuando nos toca abrir ese tipo de puertas”.

(El Acople) Encima se vienen con un nuevo disco...
(Enano) ¡Después de tres años! ¡Vamos, vamos! (risas). Estamos felices porque nos gustó el trabajo final y porque nos trajo un nuevo aire.
(Cebolla) Realmente hemos logrado un disco lo más sincero posible. La Vela Puerca podría haber hecho un trabajo bien fácil: repetir la fórmula de “De Bichos Y Flores”, sin jugársela demasiado, y haber salido al mercado a presentar algo estándar, pero en cambio nos jugamos hacia otro lado. Había una nueva onda, nuevos estilos de letras, nuevas cosas para decir, y nos mandamos directamente con eso. “A Contraluz” es un disco que mira para adentro, no es tan fiestero como los anteriores. Éste es para escucharlo en tu casa, tranquilo. Por ejemplo, en los primeros cd´s tenían mucho protagonismo los vientos, que le dan ese clima de fiesta, y ahora pasaron a tener más papel las guitarras con acordes melancólicos y misteriosos.
(Enano) Igual al escucharlo no es un compact cien por ciento diferente. Podríamos haber hecho algo que no tuviera nada que ver con nada, pero tampoco nos parecía justo llegar a ese extremo. Nos dimos cuenta que a pesar de meternos en otros lugares, seguimos sonando a La Vela Puerca. Escucharnos haciendo otras cosas y darnos cuenta que en esencia éramos los mismos nos puso muy contentos.

(El Acople) De movida las letras son mucho más introspectivas...
(Enano) Totalmente. Con los años de estar escribiendo uno empieza a sentirse más cómodo o con más fe para explorar otros sectores. Después de nueve años creo que en este disco me animé abordar las letras desde otro punto de vista. Y me gusta lo que quedó. Si hubiera escrito lo mismo hace algún tiempo probablemente no me gustaría porque era otro momento de mi vida y de la banda. También salieron bastantes canciones introspectivas porque en estos tres años sin grabar aprendí a no buscar “la” canción; es mejor sacar todo afuera de uno y después sí tener conciencia de que podés hacer temas muy buenos y otros horribles. Esa mentalidad te ayuda a no frustrarte. Cuando empezamos con La Vela ni siquiera me animaba a escribir porque estaba muy enfocado en algo específico y al final terminaba no saliendo nada. Ésa es la parte positiva de sacar un disco con tres años de diferencia con respecto al anterior: al final del proceso no sale un disco “collage” sino algo coherente.

(El Acople) ¿Qué piensan que puede pasar después de algo como Obras?
(Enano) Puede pasar que vengan otras bandas y también hagan Obras. Vas tocando en lugares más grandes e invitando otros conjuntos uruguayos y eso también empieza a abrir nuevos caminos. Nos encanta y lo hemos hecho desde el principio. Cada espacio que podemos abrir con La Vela Puerta tratamos que también sirva para otras cosas.


RECUADRO: La libertad del nuevo trabajo
Sebastián Teysera cuenta los detalles de “A Contraluz”, el nuevo disco de La Vela Puerca, que va a ser presentado de manera oficial en Buenos Aires el 19 y 20 de noviembre en Obras Sanitarias.
1) “El nombre del cd al principio era un tema que después terminó siendo “De atar”. Hicimos el cambio porque no nos gusta que coincida el título del disco con el de una canción porque le tirás al tema un fardo y un peso que tal vez no se merece”.
2) “El mensaje es que como hubo un cambio en lo musical –que ni siquiera sabemos bien hacia dónde apunta- estamos como a contraluz; cuando ves algo a contraluz no distinguís bien qué es”.
3) “Al no poder ver bien las cosas que tenés adelante también te empezás a mover con más libertad. De hecho le dimos el disco a la gente que hizo el arte de tapa y les pedimos que crearan las imágenes que les despertara la música. Libremente”.
4) “Los tres discos son La Vela Puerca en su mejor momento”.

Estadía:
Una hora

Paisaje:
Oficinas de Universal Music Argentina

Clima:
Calurosísimo

Estimulante:
Sólo la buena onda

Tercer tiempo:
Partido Uruguay - Bolivia

Entrevista: Nacho Girón (Redacción de El Acople)