Crisol de bandas

OJAS y NUCA, dos de las bandas características de la prolífera zona del oeste del Gran Buenos Aires, se encargaron de repartir una dosis altísima de energía en un show de excelente convocatoria. Además, la noche contó con la participación de SNAKE, una potente agrupación integrada por cinco uruguayos cada vez más argentinos.
------------------------------------------------------------------

Una vez más, el viejo SALON PUEYRREDON fue el lugar indicado para la mezcla, para desparramar rock y demoler estructuras, para las fechas compartidas y, por qué no, para difundir la fraternidad que existe entre distintas agrupaciones musicales.

ALEJANDRO MOUMDJIANO, guitarrista del cuarteto uruguayo SNAKE, expresó el sentimiento que se produce cuando bandas diametralmente opuestas en lo musical, crean lazos incorruptibles en el aspecto humano: “Venimos a Argentina cada quince días y la verdad que lo que pasa cuando tocamos es increíble”. Y remató: “La movida de Uruguay es más cerrada, tiene como un techo, en cambio acá la gente está abierta a todo y eso está buenísimo”.

Con apenas un disco editado en el año 2000 –“Dos Pasajes Paramarte”- y otro nuevo en camino –saldrá en agosto-, la banda del otro lado del charco suena de una manera que los oídos no olvidan fácilmente. La potencia del trillado tema de la película ”Pulp Fiction” se entremezcló sin inconvenientes con la energía de temas propios como “Equis” y “Ataque de pánico”, y aún así, la banda pareció jugar de local, arrancando cálidos aplausos y algunos pogos tímidos.

Desde aquel debut en THE ROXY de Buenos Aires, en septiembre de 2001, SNAKE no sólo consolidó su figura en su país de origen, sino que también se ganó el respeto de varios argentinos. “Igual no es un público que ande con vueltas; si no les gusta lo que haces, te empiezan a tirar de todo”, concluyó ALEJANDRO, mientras rememoraba los tres temas iniciales de su primera vez en nuestro país, cuando algunos de los espectadores les arrojaron chapitas de cerveza, paquetes de cigarrillos y varios insultos. “Después de unos minutos empezaron a aplaudirnos”.

De la Nuca
Los tímpanos estaban medio boleados. La barra, repleta de seres humanos clamando por un vaso de cerveza. El escenario, atestado por nueve personas provenientes de la zona musical más prolifera de Buenos Aires.

Y es que el oeste, ahí donde está el agite, no se cansa de ver nacer proyectos que, aunque dispares entre sí, llevan un condimento insustituible: la energía.

Es una verdadera lástima. NUCA es una agrupación que conoce el poder de ése condimento tan necesario –de hecho lo demostró a la perfección en “Paraway”, su segundo disco-, pero desafortunadamente tiene serios problemas para plasmar aquella fuerza cuando se presentan en vivo. No dan un show malo ni aburrido, pero, sin embargo, las diferencias que se perciben entre los discos y los recitales a veces puede resultar bestiales.

Más allá del problema –para nada insuperable, por cierto-, NUCA divierte y descontrola a la vez. Los scratches, la distorsión y su cumbia dub fueron suficiente para conformar al público; el bloque de enganchados con “Angelito”, “Pomelo”, “Sal” y “Vacante” logró una excitación que fue imposible no exteriorizar; y, finalmente, “Dead” creó el machaque apropiado para una correcta despedida.

Mientras piensa en el tercer disco –“No estamos apurados, pero calculo que sabremos más del tema hacia fin de año”, dijo el cantante CHAVEZ luego del show-, y mientras se acostumbra, una vez más, al nuevo baterista, NUCA sabe que tiene herramientas como para seguir creciendo y lograr un equilibrio en su propuesta. Faltaría sólo una vuelta de tuerca.

OJAS
OJAS no puede ser olvidada si se habla de la potencia del oeste. Su cantante producía hace un año una excelente definición de la banda de Haedo: “Si vas a ver a OJAS encontrás canciones fuertes, con energía, pero con mucha melodía, que se pueden tocar perfectamente con dos criollas”.

Después de un breve show de hip-hop por parte de FIAS, un amigo de la agrupación, OJAS propuso de principio a fin, un show contundente y de sonido crudo, que se basó en los pocos temas que tiene el primer Ep “Imágenes de la nada”, algunos covers y varios temas nuevos.

“Viajar” fue, justamente, el primero de los estrenos y el primero de una lista de doce canciones interpretadas de forma inexpresiva pero con la violencia de un huracán. Con esa sola canción alcanzó para comprender que la justeza sonora que se desplegaría a lo largo del recital no dejaría de tomar por asalto a los tímpanos de la gente y también para tomar conciencia de la cantidad de horas de ensayo que debe haber de por medio para llegar a un nivel de prolijidad tan extremo.

La furia que emanaba de los instrumentos en “Grietas” parecía jugar carrera con la penetrante voz de IVAN GRAMATICO; la combinación los hizo terminar enredados en una condensación musical altamente pogueable. Sin embargo, se notó la ausencia de ese matiz tan especial que le aporta la gaita en el track grabado –la idea de incluir ese instrumento salió de la inventiva cabeza de PABLO ROMERO, cantante de ARBOL y productor del Ep de OJAS-.

A pesar que los covers seleccionados no son demasiado duros en su versión original, OJAS se las ingenió para hacerlos mutar acorde a las características de su estilo. Así sucedió con “No rain” -el excelente clásico de BLID MELON- y con “Persiana americana” –de los extintos SODA STEREO-, ambos distorsionados hasta el cansancio.

Más adelante aún, en realidad, cuando el show acariciaba el final, “Ausencia expresa del alma” amenazó con volar lo poco que quedaba del cerebro de la audiencia. Por más que LOLY ALVAREZ no prestó su cálida voz para el tema, el entrecruce de solos en distintos tonos, ese bajo aplastante y la batería cien por ciento desquiciada fueron prueba suficiente de la electricidad que por momentos puede generar OJAS en vivo.

¡Que viva la mezcla! Te suena, ¿no? No es un eslogan de radio ni un grito de protesta. Es una manera de disfrutar la música. Y parece que, al menos por estos pagos, se disfruta y mucho.

Nacho Girón (Redacción de El Acople)