Concurso vos poné la letra, el Sí! pone la música: El gran hitero decadente y jurado del concurso da nuevas pistas para escribir.



¡Papel y lápiz a mano! Jorge Serrano, guitarra y voz de Los Auténticos Decadentes y autor de hits inoxidables como Loco (tu forma de ser) o La guitarra, da pistas para el concurso Vos poné la letra, el Sí! pone la música (data en www.suplesi. com.ar): "Hay dos formas de hacer una letra: una es volcarse por la escritura automática y escupir todo lo que se te pase por la cabeza", dice por teléfono desde su casa en Villa Gesell. "La otra es buscar la idea, el concepto". ¿Hay alguna fórmula para escribir un éxito? "Cuanto más universal sea la temática, más chances tiene de que la gente la haga propia. Es fundamental que la versión final sólo tenga conceptos generales: por ejemplo, trato de borrar los artículos para que no se sepa si hablo de un hombre o de una mujer", confiesa el músico, casi terminando un nuevo disco (que podría titularse Club Atlético Decadentes). Con la seguridad de quien sabe alimentar con ritmos pegadizos a las hinchadas futboleras, Jorge recomienda hablar en "lenguaje creíble" y evitar los lugares comunes: "No hay hits que tengan frases que ya escuchaste en cuarenta canciones". Y como buen Decadente, destaca: "El humor es la esencia de una buena letra".

Ahora sí: volvió CALLEJEROS

Fue en Córdoba, ante unas veinte mil personas y durante una hora y media. Varios familiares de Cromañón habían intentado suspender el evento, pero no pudieron. Cuando aún están abiertos los debates por la responsabilidad del grupo en el 30-D, la banda de PATRICIO FONTANET ya volvió a pisar los escenarios.
------------------------------------------------------------------

Después de varios intentos fallidos, dichos y contradichos, amenazas, presiones a favor y en contra, recitales relámpago y discusiones de todo tipo tanto en la Justicia como en los medios de comunicación, el grupo CALLEJEROS volvió a los escenarios y reunió a veinte mil personas. Fue esta tarde, en el estadio Chateau Carreras de Córdoba, a veintiún meses de la inolvidable noche de diciembre de 2004.

El show comenzó puntualmente a las 17 horas, y se basó en una lista de 23 temas que repasó la discografía completa del polémico grupo. El arranque –ante la mirada atenta, en distintos puntos del predio, de 1600 policías- llegó de la mano de “Señales” –de su último disco- y de “El nudo” –un clásico que siempre fue querido por los seguidores de la banda-.

Las autoridades de la provincia informaron que no se registraron inconvenientes ni durante el ingreso, ni en la hora y media que duró el espectáculo. Eso sí: uno de los seguidores había intentado meter tres bengalas de mano, pero terminaron confiscadas por las fuerzas de control.

Como era de esperar, durante el concierto PATRICIO SANTOS FONTANET aprovechó la oportunidad y lanzó algunas referencias al 30-D. "Muerto es aquel que nadie recuerda. El 30/12/04 perdimos todos”, dijo al inicio. También se dirigió al poder judicial (“pudimos volver a tocar cuando los jueces nos devolvieron los instrumentos: un año más tarde”), y hacia el final, luego de agradecer todos los apoyos, se despachó: “A los demás, chupenlá, por caretas”.

Durante la tarde, también el intendente de Córdoba, LUIS JUEZ, hizo fuertes declaraciones en relación al regreso más polémico del año. Así, afirmó que los asistentes al recital volverían a sus casas como corresponde “y no en una bolsa de plástico como fue en Cromañón”, y destacó que “ahora la gente le va a exigir otra conducta a CALLEJEROS”.

En tanto, OMAR CHABÁN declaró que está dispuesto a abrazar a FONTANET, “para llorar juntos”. “Ni Callejeros, ni yo, queríamos 200 muertos. ¿A quién se le puede ocurrir una cosa así? Yo no soy un asesino. CALLEJEROS tampoco", agregó, desde la cárcel de Marcos Paz, donde está preso desde noviembre.

CALLEJEROS volvió oficialmente a los escenarios. Quedan en el aire grandes dudas sobre su responsabilidad en la noche del 30 de diciembre de 2004 y un juicio oral que los espera con una figura penal que los compromete en grado extremo. ¿Debían volver a tocar? ¿Tenían que esperar a que la Justicia dictaminara si son culpables o no? ¿Cómo se siente hoy un familiar de Cromañón? ¿Sus seguidores ya están más aliviados? Sin dudas, el tiempo irá aclarando las cosas…

Nacho Girón (Redacción de El Acople)

ENTREVISTA A NACHO VEGAS: Un cantautor en sombras

Enigmático, este asturiano (compadre de Enrique Bunbury) quiere cambiar el sonido pop español: "Se había vuelto rancio, sin vuelo".
Txt. Nacho Girón
Especial para Clarín

Confirmado: Nacho Vegas se asoma a la Argentina con la intención de encontrar un recoveco permanente en las preferencias nacionales. ¿Pero quién es realmente este español, clase ''74, melena rubia y hablar pausado, que en los últimos años se convirtió en el mimado de la movida independiente de la península ibérica? "Soy un caos, y escribir canciones me ayuda a ordenar el interior de mi ser", se define en conversación telefónica desde su casa.

Influenciado por la oscuridad de Nick Cave, la tonalidad pesada de Dylan y la lírica de Leonard Cohen, Vegas logra una combinación equilibrada entre apertura e introspección que se plasma incluso en el arte de Desaparezca aquí, tercera y última de sus obras. En la tapa del disco (el primero que se edita en la Argentina, a través de Ultrapop), Nacho aparece, mitad entre las sombras y mitad iluminado por un tenue rayo de luz. "Así soy yo en todos los aspectos de la vida", desliza.

Después de pasar los ''90 con las bandas indie Eliminator Jr. y la recordada Manta Ray, Nacho consideró que ya tenía la experiencia como para tomar las riendas de una carrera en solitario. Afilado y algo enigmático, el cantautor armó un gran revuelo con sus Actos inexplicables (2001), comenzó a ser aclamado por la prensa y, sin temor, se mandó un disco doble que confirmó lo que muchos ya sospechaban: la escena había encontrado a un artista con ganas de arriesgar y levantar el nivel compositivo de la música española. "Mi generación reaccionó contra el estado al que había llegado el pop en la España de los ''80. Algo bastante rancio, sin vuelo y decadente", sentencia.

—¿Ahora la movida musical mejoró?
—Poco y nada. Es curioso el hecho de que, en los ''60, la música que vendía era la de Dylan, por ejemplo, pero hoy en día un Dylan no entraría ni en las listas de preseleccionados. Ahora el que vende es David Bisbal. En estos últimos 30 años la industria ha crecido de manera brutal y así se ha convertido en la enemiga de la música. Ha vulgarizado el pop y el rock, y ya no se busca escribir canciones sino hacer productos.

Aun así, es posible aprovechar la masividad. Tal vez ese margen que concede el español sea el que permita la edición de su próxima novedad: es que el 19 de setiembre, cuando EMI lance El tiempo de las cerezas, un disco doble grabado junto a Enrique Bunbury, Vegas probará el rigor de las discográficas. "Bunbury en España o Calamaro en la Argentina son artistas que, desde el mainstream, demuestran que también se pueden hacer movidas destacadas. Andrés venía de vender muchos discos y no tuvo problema en editar un quíntuple. Una actitud que me encanta y que construye mucho".

Preocupado por cerrar su primer show en la Argentina y con un fuerte deseo de girar por Sudamérica, Nacho Vegas se diferencia: "Hay músicos que miran las cosas de manera superficial, y otros que van más allá, hasta el fondo. Esa es la mirada que estoy buscando".
Prepara un disco nuevo con los siete delfines y esta de gira con la banda de cerati. Aquí, despotrica contra la masividad y analiza las extrañas caracteristicas de su proyecto musical.
Txt Nacho Girón
Especial para Clarín

¿Un Darth Vader a la criolla? "Todo lo que compongo sale de un lado oscuro. Algo que me motiva, pero no me limita musicalmente", asume Richard Coleman, voz y guitarra de Los Siete Delfines y actual violero de la banda de Gustavo Cerati. "Acepté el mote de oscuro aunque aún me da un poco de gracia. Cuando empezaron a señalarme así, sacamos un disco que se llamó Dark, el que vea el arte de tapa se dará cuenta de que me estoy cagando de la risa. Debe ser la única foto en la que sonrío", dice.

Durante los '80, Coleman tejió una jugosa carrera con: Metrópoli (grupo pop con Ulises Butrón), Fricción (con Cerati, Fernando Samalea y Christian Basso), su participación en las bandas de Charly García, Spinetta o Calamaro y (cómo olvidarlo) sus apariciones en Soda Stereo, con quienes grabó Signos.

Amanecidos los '90, Richard y Gamexane Villafañe (Todos Tus Muertos) armaron un proyecto con guitarras, letras que chorrean nostalgia y melodías post-punk: Los Siete Delfines. Con ocho discos editados y uno en camino ("Saldrá a mitad de 2007. Hay casi veinte temas y mucho que ajustar", se entusiasma), L7D integra la galaxia rockera de culto (junto a Pez, Massacre o Cienfuegos). Sus shows por año se cuentan con una mano.

—¿Son banda de culto porque no llevan tanta gente?
—Al principio pensé en eso, pero que llevemos poca o mucha gente es normal. Nunca hubo un propósito masivo en mi música. Y yo desconfío de lo masivo.

—¿L7D es una banda esporádica?
—No, pero es un grupo que dice: "Let it be". Estamos todo el tiempo, somos constantes. Y a veces... tocamos (risas).

—¿Es difícil ser seguidor de L7D?
—No puedo ponerme a pensar eso porque es bastante difícil mi propia posición. A nuestro público le gusta descubrir cosas. Como yo cuando era chico: buscaba las bandas raras, que no eran populares. Siempre le busqué la quinta pata al gato.

Después de surcar la década con "cierta firmeza", Richard necesitaba un cambio. "Sentía que me estaba aplastando el techo", recuerda. Y se sincera: "Todo eso viene acompañado por algo de autodestrucción, excesos de alcohol y de drogas y no estaba bueno". Así, se mudó a Estados Unidos entre 2001 y 2004. "Cuando volví definitivamente, hicimos con Fricción dos Niceto al palo, para mí fue como tocar en un River lleno. ¡Una inyección vital!".

Ahora está en tour como integrante estable de la banda de Cerati. "No tocábamos tanto juntos desde la primera época. Nos divertimos mucho y me hace muy bien sentirme vehículo para que se pueda concretar el sonido de la música de Gustavo en vivo".

—¿Por qué te llamó recién ahora?
—Creo que soy la persona más idónea para el sonido guitarrero que él está buscando. Puede haber muchos guitarristas más rápidos o más técnicos, pero yo entiendo a la perfección a Gustavo y a su música.

—¿Esta experiencia es un respiro dentro de lo que hacés con L7D?
—No, porque no me siento asfixiado. Y cuando uno dentro de la banda crece como persona, crece la potencia de Los Siete Delfines.