LA MISSISSIPPI cumplió oficialmente 15 años de carrera sobre los escenarios y los festejó a pito y matraca con dos fechas en la intimidad de La Trastienda, con invitados de todo tipo.
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La Trastienda lucía distinta, de otro color. Las mesitas estilo café-bar (que pronto serían abandonadas y relegadas) estaban dispuestas estratégicamente; abundantes globos y guirnaldas decoraban el escenario y una pantalla mostraba distintos momentos de la banda mientras los fanáticos cuarentones y los jóvenes de la nueva generación encontraban el mejor lugar para disfrutar de un show de calidad impecable, emociones aseguradas y blues por doquier.
Había mucho olor a fiesta, mucho olor a feliz cumpleaños, mucho olor a tierra desprendida de los largos caminos recorridos. Atrás de escena, y de manera interminable, los siete músicos habían dado pequeños saltos en el lugar, como si ese método aliviara la energía contenida e hiciera del tiempo algo mucho más ágil.
El pasillo hasta el escenario era inmenso, tan extenso como un desierto, pero con un oasis de gente en su desembocadura. Por fin, RICARDO TAPIA, vestido de impecable camisa blanca y boina negra se envolvía en aplausos y cantaba, tal vez sin saberlo, una filosofía que deja contentos a todos y resume un espíritu vigente desde hace un cuarto de siglo: “Si yo pudiera hacer todo otra vez, haría lo mismo que hice anteayer”.
En dos noches colmadas de almas cien por ciento bluseras más algunos curiosos que salieron con los ojos desorbitados, hubo de todo y para todos.
Hubo de lo más nuevo de la agrupación, es decir, de su último disco “Siete Vidas”. De ese material, siempre con un sonido nítido y fuerte, sonaron temas ajustados como “Veinte chicas veinte”, “Bebo por amor” o “El dieciséis”, tema enérgico, festejado y punteado largamente.
Hubo también temas medio viejos pero eternamente festejados y una perlita que sorprendió. ¿Los más o menos viejos? “Obrero del amor” -que contó con picos de energía gracias al acordeón de la agrupación VAGON DE TANGO- y “Matadero”, con CHUKY, ex tecladista de LA MISSISSIPPI y actual de LOS PIOJOS. ¿La perlita que sorprendió? Fue “Blues de Juan”, un tema de “Bagayo” que no se interpretaba hacía años y que tuvo como invitado en las teclas a JUAN ERMIDA, de una performance destacable.
Hubo, como si esto fuera poco, un set de canciones que le guiñaron el ojo a los seguidores de la primera época. Fueron tres composiciones casi sin cortes del primer disco de LA MISSISSIPPI –“Mbugi”- que contaron con una sonoridad demoledora y con ese tipo de solos que te hacen cerrar los ojos o morderte el labio con toda tu fuerza.
Así de lindas fueron, entonces, “Tres palabras” –manejada por TAPIA como un buen mediocampista y acompañada en la armónica por el monstruo LUIS ROBINSON-, la casi zapada “The creeper return” y la siempre bien recibida “Buenos Aires Blues”.
Demoliendo estructuras, en la música y en La Trastienda
Es blues, es cierto. Pero LA MISSISSIPPI rompe el hermetismo casi religioso del estilo musical y el público responde con banderas como “Si los aguantes del blues van al cielo, vacío debe estar el paraíso” o “Mississippi sos mi antídoto para sobrevivir”.
La caldera hervía de euforia gracias al despliegue de la banda en todos los aspectos que pueden tenerse en cuenta en un recital; sólo hacía falta un detonante como “El Fierro” para que las mesas se hicieran a un costado y los más jóvenes se agolparan contra el escenario. El mismo RICARDO TAPIA definió, después del show, esa espontaneidad de los seguidores: “Estas dos fechas fueron muy locas, muy divertidas porque tuvieron mucho de frescura, de fiesta con la gente y porque fueron recitales bastante sueltos”.
Más tarde, la agrupación quinceañera agradecía los constantes “que los cumplas Mississippi” con una excelente versión, entre tanguera y acelerada, del clásico “El detalle”. Y hacia el final, para cerrar una presentación realmente pensada y contundente, llegó PITY ALVAREZ –sí, el cantante de INTOXICADOS- para descocar hasta el más jovato con “Un trago para ver mejor”. Pero no era el final de la fiesta.
“Vi a LA MISSISSIPPI desde antes de que graben el primer disco, cuando todavía no tenían ningún tema en castellano –contó PITY a EL ACOPLE, después de finalizado el festejo-. La verdad ni me di cuenta de los 15 años; para mí cada vez que nos vemos estamos festejando...”.
El show, de 25 temas en total en algo más de dos horas, terminó bien arriba con una seguidilla de éxitos que tuvieron tres tecladistas –GASTON PICAZO, CHUCKY y JUAN ERMIDA- y que resultaron ideales para darle “el” broche de blues a la fecha. Sin respiro, sonaron “Ahora vengo”, “Café Madrid”, “La danza de la lluvia” y “Mala transa”.
“Lo importante es destacar que la gente de LA MISSISSIPPI tiene aguante, porque siempre está”, resumió TAPIA emocionado, mientras PITY, también notablemente contento, se preparaba para prestar su voz en la viejísima “Un poco más”, la última de la noche. “Muchas gracias por estos 15 años. Les prometemos 20 más”.
Nacho Girón (Redacción de El Acople)