ÁRBOL en El Teatro

La banda oriunda de Haedo sigue fortaleciendo sus raíces con recitales contundentes que pintan de todos los colores su importante crecimiento en este último tiempo. Fue la primera vez que llenaron un lugar tan grande en Capital, demostrando que les espera un excitante futuro.
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¿Quién no tiene un árbol en la esquina de su casa? Todo el mundo, pero seguramente nadie posee uno tan especial. Éste nació allá por 1994 en Haedo, sólo con cinco ramas bien fuertes y artísticamente concebidas. Los que lo fueron regando para que se desarrolle sano, los que lo vieron con el típico color verde del verano o el gris más triste del invierno, hoy no pueden creer su notable crecimiento. Es por eso que aquel árbol logró con indescriptible esfuerzo afirmar sus raíces, por primera vez, en El Teatro. Machaque, emoción, humor y alegría, todo, en una misma noche.

Antes de la gran ceremonia, un corto pero contundente show de SMITTEN sirvió para ir agitando las masas y empezar a transpirar las remeras. Se destacaron en el camino “Después del silencio”, “Volverás” y “Sentirme bien” (dedicado a los seguidores de siempre). Los cuatro integrantes, arrinconados en un pequeño lugar de escenario, hicieron gritar a los oyentes con “The fashion”, hit de su último disco Cambia.

Sin más, se retiraron satisfechos con una versión puntita del himno “Hey jude” de THE BEATLES. Merecidos aplausos, y miradas atentas para lo que estaba por venir... esperar / desesperar.

De arriba, de abajo…
Se caracterizan por su sentido del humor, por su buena onda, por su feeling con el público. Arrancaron bien abajo, pero ahora están bien arriba. Conocen lo que es luchar por lo que quieren y gracias a sus ganas y a su fresca música están llegando a donde se merecen.

Además, en sus recitales se crea un clima casi mágico, con pogos duros pero familiares, y momentos en donde la piel de gallina se generaliza. Sí, ellos son ARBOL, son de arriba y también de abajo, pero mantienen inmutable su colorido y su forma de hacer las cosas.

“Es lo que hay” fue el tema elegido para empezar a cumplir un sueño: ocho años tuvieron que pasar para que la banda llene un lugar tan grande en Capital. Mientras los músicos se aflojaban un poco, siguieron con el pegadizo punk-rock “La vida” y luego con “Ya se”, en los cuales aparecieron los primeros mosh de la noche.

Fue PABLO quien rompió el hielo y confesó estar bastante “cagado” ante lo que estaba sucediendo.

Vomitando alegría
El sonido fue realmente impecable, lo que ayudó a que los temas se disfrutaran al máximo, como por ejemplo “X”, incluido tanto en el primer disco independiente como en el producido por GUSTAVO SANTAOLALLA, que trajo uno de los momentos más destacables de la noche. Como invitados en el mismo subieron LOS TIPITOS, que, como si profesaran alguna extraña secta, arrodillados sobre el escenario, hacían rechinar vasos llenos de agua, mientras EDUARDO se colgaba tocando de una manera inolvidable su violín.

Después irrumpieron “Enes” y “Vomitando flores”, que reflejan la capacidad de cambio, innovación y experimentación que tiene ARBOL al componer. Y como regalo, sonó “Chicaanorexica”, una canción nueva muy aceptada por todos.

Poco a poco desfilaron canciones de su corta discografía y, como siempre, los climas iban cambiando constantemente, provocando en el joven público un juego entre euforia y emoción. ¿Emoción? Llegó como siempre con “Rosita” y su mítica ronda en donde la gente salta tomada de las manos al grito de “Ohhh motherfucker”. Pero también llegó con “Ya lo sabemos”, cantada por PABLO con devoción religiosa y acompañada por los presentes a una sola voz.

¿Euforia? Piernas en alto, remeras al aire y personas volando por los techos con la llegada de “Cosa cuosa”, con MAIKEL (de KAPANGA) y FACUNDO ESPINOSA (Coco, de la novela Son Amores), como invitados.

Ya me voy
"Si gritan mucho, quizás volvamos", bromeó EDUARDO antes de desaparecer por algunos minutos. Pero como era de esperar, y ante el incesante grito de los seguidores, retornaron para los bises con la misma energía que al principio.

El último iba a ser el tema “Ji ji ji” de LOS REDONDOS (a capella, con matices gay y con excelentes arreglos corales), pero se quedaron para regalar la última perlita: MARTIN cantando un cover de ERASURE. De esa manera, terminó una completísima noche en la esquina de Federico Lacroze y Alvarez Thomas, en la que ARBOL demostró una vez más todo su poderío.

Ahora, la banda se dedicará a hacer una gira por el interior del país en donde seguirá con el trabajo de hormiga que los llevó a donde están. Sin dudas, los espera un futuro que recién están empezando a descubrir.

Nacho Girón (Redacción de El Acople)