La otra noche tocó PIER

El cuarteto rockero, que ya lleva diez años en la escena, llegó por primera vez a La Trastienda en tres fechas de lista variada con la que dejaron satisfechos a todo su público. Además, presentaron oficialmente el video de “Al filo del peligro”.
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Puede ser la falta de costumbre, pero lo primero que sorprende al ver a PIER en versión post 30 de diciembre es la ausencia de colores y estallidos. La gente cambia el ambiente habitual de San Telmo, los gritos invaden el local de la calle Balcarce y muchos apuran para empezar la función; sin embargo, las cosas son distintas, y hasta ahora, la masa rockera está sabiendo amoldarse.

Desde el vamos la banda estaba contenta. “Se habían agotado las entradas para la fecha del viernes y entonces nos jugamos a agregar para el sábado y el domingo”, comenta el cantante RAMIRO CEREZO unos minutos antes de hacerse cargo del escenario. Un momento más tarde, casi 600 personas corean “Fervor de los sueños” con todos sus pulmones, dejando en primer plano una letra ideal para abrir cualquier show: “Que alegría al ver que tus ojos han de brillar a la espera / Audaz salto lleno de gloria, empuñando con fervor viejas banderas”.

PIER –integrada por tres hermanos CEREZO y por NICOLÁS FERREIRÓS- llegaba por primera vez a La Trastienda sin ningún objetivo particular aparte de continuar ajustando en vivo los temas de su última placa “Seguir Latiendo” y de presentar oficialmente el video de “Al filo del peligro”, en el que toda la agrupación persigue de manera infinita a una hermosa mujer oriental. Lo hicieron de la mano de un sonido nítido y prolijo, de veinte canciones por noche, una mínima puesta en escena y una parva de seguidores sedientos de música.

Después del arranque, el cantante gira el micrófono en dirección a su público y dice, con una enorme sonrisa en su cara, que “van a ser tres fechas, así que voy a necesitar su ayuda”. Como buen frontman, se retira unos segundos del escenario para dejar que su gente cante “La ilusión” a viva voz. La técnica es efectiva y los pibes agradecen.

Los relatos de PIER hablan de la vereda, de la calle, de historias sin demasiados giros que le pueden pasar a cualquiera; de chicas de barrio –“Prisionera robot”, que tuvo uno de los mejores recibimientos del recital-, de muchachos con birra en la esquina –“Los pibes”, que sabe crear pogo a base de un estribillo extremadamente repetitivo- y también de anécdotas inolvidables –como la aplaudidísima “Viajes memorables”.

Para los más ortodoxos también aparecen viejas canciones de la camada de “Banquete gustoso y costoso” y de “El refugio de nuestras almas”, pero, de todas formas, no falta el hit más difundido de la agrupación... ese que le asegura tranquilidad a quién sabe qué mujer con el fundamento de que “esta noche toca PIER”.

Tampoco está ausente “el homenaje al guitarrista más grande”, que llega con una versión de “Ruta 66”, aquella composición que PAPPO solía hacer en casi todos sus shows. Y menos que menos falta “El narigón del barranco”, un tema que va tomando fuerza con cada estrofa y que termina con una coreada gigante y de delirio total, tanto por parte de PIER como de los de abajo.

Y pasadas las tres de la mañana, el espectáculo concluye como lo hace “Seguir Latiendo”: “Conmovidos” arranca lento pero no tarda en mutar en un rock duro que gira y gira, y en el que RAMIRO, AGUSTÍN, EUGENIO y NICOLÁS aparecen o desaparecen a gusto para dejar que su gente aliente y pida más.

“Obvio que estamos influidos por LOS REDONDOS, por LA RENGA... pero son sólo influencias”, aclara el cantante a EL ACOPLE. PIER es PIER, guste o no. Y lo cierto es que, con tres fechas en La Trastienda, la banda demostró volver a los escenarios con unas ganas voraces de seguir por el camino que eligieron hace ya diez años.

ACLARACIÓN PERSONAL: prometí decir cada cosa que no me convencía después de que 193 personas perdieron la vida en República Cromañón. Es la tercera vez que nadie me cachea ni me revisa en La Trastienda. Por favor, no repitamos los mismos errores.

Nacho Girón (Redacción de El Acople)