Encuesta 2006 del suplemento Sí! de Clarín: El cantante de No Te Va Austar resume los nuevos aires del grupo que fue revelación rioplatense y perdió dos miembros fundadores.
Txt. Nacho Girón
Especial para Clarín
Anochecer de un 2006 agitado: en sólo un año, No Te Va Gustar hizo dos giras por Europa, volvió al disco, despidió miembros fundacionales y se llevó los premios Revelación y Tema internacionales por parte de los lectores del Sí!. "Más allá de alguna que otra cosa, ¡la verdad es que estamos teniendo mucha suerte!", asume el cantante Emiliano Brancciari, sorprendido por haber superado a Franz Ferdinand y Arctic Monkeys en La Encuesta. E interrumpe con frases como: "Increíble, eh", "qué loco" y "me da alegría porque el voto es popular y no de un conjunto selecto de personas".
El ascenso gigante que el grupo experimentó en el primer semestre sufrió un cachetazo que casi lo dejó rengo: su base musical (el bajista Mateo Moreno y el baterista Pablo Abdala) decidió dar un paso al costado y en pocos días los rumores de quiebre invadieron el mundo digital. Hoy, más calmado, Emiliano confiesa: "Claro, pensamos en separarnos. Si uno o dos compañeros piensan que la felicidad está en otro lado, nosotros tenemos el deber de apoyarlos. Pero queríamos seguir adelante con nuevos amigos". Anoten: Guzmán Silveyra agarró el bajo y Diego Bartaburu los palillos. "Hay energía renovada de cosas que tal vez antes estaban achanchadas".
Si en aquel debut discográfico de 1999 todavía era difícil encontrar un sonido propio, si en el segundo disco pegó la fórmula de la mixtura latino-rockera y si en el tercero la cosa se volcó hacia la canción, el recién salido Todo es tan inflamable parece situarse en un equilibrio donde ya no predomina lo rioplatense. "Está menos latino, eso seguro. Pero no es menos rockero", diferencia Emiliano. Y de paso, confirma que el título no está asociado a ninguna tragedia argentina. "Nos imaginamos que se podía llegar a entender por el lado de Cromañón, pero nada que ver".
El cantante se vuelve a sorprender con el premio por Al vacío, una canción del '04 referida a un fracaso amoroso, compuesta "con mucha bronca". "La gente se identificó mucho con esa rabia. Siempre tenés a alguien para decirle: ¡morite!", grita, pero él mismo frena el impulso: "Al principio podía ser un tema de José Vélez, muy melódico internacional, así que nunca pensé que lo íbamos a grabar".
—¿Hay presión por ser la cosa nueva?
—El hecho de que nos vaya bien no nos presiona, nos da confianza. Para evitar presión y comparaciones, nunca tratamos de hacer lo que haya hecho otro grupo.
—¿Ni siquiera lo de La Vela Puerca, que ya había demostrado una forma concreta de lograr el éxito?
—Lo que hizo La Vela fue abrirnos puertas, sobre todo en la Argentina. Como pegaron mucho a nivel masivo, la gente empezó a entender que si estaban ellos seguramente tenía que haber algo más. Y aquí estamos nosotros.