Es el hijo de uno de los grandes de la literatura argentina. Vive en París y debuta con un disco que es una licuadora de sonidos y arengas politicas.
Txt. Nacho Girón
Especial para Clarín
Ahora que en esta parte del mundo hay toneladas de discos que sólo combinan ritmos rioplatenses, acaba de desembarcar una propuesta que parece no tenerle miedo a la mezcla de hip hop y de funk con algo de electrónica y pinceladas de rock. Así es el primer material solista de un parisino hijo de argentinos que ya está presentando Machine Gum y que dice llamarse Jerónimo Saer. ¿Saer? Claro, el primer descendiente de Juan José, uno de los escritores más destacados que tuvo la literatura local en el siglo XX.
"Me gusta amontonar los ingredientes en un desorden organizado, a veces hasta la saturación", dice desde París, y aclara que su objetivo de trabajo en forma de "pasta electro artesanal", es retomar el sonido del hip hop y de la electrónica de los noventa porque en ese entonces se fusionaban mejor la frescura y la creatividad. Ya en esos años, Jerónimo rapeaba en las bandas Department E, Foxaphonk y La Rime Team, pero con el tiempo los proyectos fueron mermando. "Llega un punto en el cual algunos tienen sus propias aspiraciones, otros quieren pasar a diferentes cosas. La vida misma se junta a todo eso y hace que un grupo se separe. Yo sabía que quería continuar haciendo música así que era un buen momento para volcarme a un proyecto personal", explica.
"No me gusta mucho lo limpio, bien liso y cuadrado. Tiene que quedar un poco sucio. La vida no es redonda, así que tampoco me gustan los álbumes que buscan la perfección". Como artista y viajero, durante algunos años registró pedazos de mundo que fue guardando en su computadora "y durante la mezcla el puzzle se fue montando sólo". En sus largos empastes de sonido, una clara voz porteña le grita al Viejo Mundo: ¡No somos el tercer mundo! "Es que quería que mi labor sea un puente entre Europa y América Latina", detalla Jerónimo. "Mi continente cree ser el centro del mundo, sin hablar de los Estados Unidos que creen ser el techo del universo, y yo pensaba que ese grito del corazón merecía estar tirado a las orejas de quien lo oiga. Igual, pueden haber muchas ideas falsas de un lado del mar como del otro".
—Tu papá decía que sin riesgo no vale la pena escribir. ¿Coincidís?
—Claro que la comparto, pero creo que no se puede hacer la más mínima comparación entre el trabajo de mi padre y lo que hago yo. ¿Mis riesgos? No son muchos, pero por el tipo de música podría ser que el disco no le guste a nadie. Pero como lo disfruto, si toco para un par de amigos que aprecian la música, yo ya estoy contento.
—Cantaste contra el actual Ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy. ¿Cómo apuntás a relacionar la música y la política?
—Aunque no pienso que tenga que existir una relación especial, la música puede servir para hacer circular mensajes. Un artista tiene que tomar posición, pero no siempre y a toda costa. La música tiene vocación para distraer y para luchar (ver recuadro).
—¿Cómo viviste los últimos disturbios parisinos?
—De la misma manera que el resto de las consecuencias de la política del gobierno actual: ¡con rabia! Los disturbios que hubo son en parte bastante graves, pero son los actos de grupos muy aislados, y sobre todo son una pantalla de humo provocada por el Ministro del Interior para asustar a la opinión pública.
Nacido y criado en París, no había vuelto a la Argentina desde que era un niño, pero ahora lo hace usualmente para saludar familiares y viejos amigos. "También exprimo el viaje para dar vueltas grabando en varias ciudades, pueblos, calles y carnavales. Al día de hoy, la vida hizo que fuera volviendo cada año, y ahora espero que continué así". Si bien habla poco de Saer padre, Jerónimo destaca la buena relación que tenían hasta su fallecimiento en 2005. Y, a medio camino entre una frase del corazón y una de casette, dice: "Me enseñó a aprovechar la vida".
—¿Qué música pensás que hubieran hecho los hijos de Sábato o Borges?
-Mmm, no tengo la más mínima idea. ¿Por qué? ¿Piensan que podríamos montar una banda?
ALTER EGO
Saer creó a Popo Le Meka, un personaje volcado a la denuncia. "Cuando tomo ese papel, me parece muy importante denunciar lo que pienso que no va, defender ideas y tomar posición", explica. "Cuando toque en Argentina seguramente dejaré aparecer también ese costado".