“Hasta hace poco era impensable que el rock uruguayo llegara a Obras”
Con un tercer disco bajo el brazo y antes de pisar por primera vez el Templo del Rock, Sebastián “Enano” Teysera y Sebastián “Cebolla” Cebreiro, cantantes de La Vela Puerca, cuentan el aventurado camino que tuvieron que recorrer para consolidarse tanto en Uruguay como en nuestros pagos.
De fondo suena “A Contraluz”, el nuevo material de los yoruguas después de tres años de ausencia discográfica. “Sinceramente en un momento se me caía la cara de vergüenza de tocar lo mismo de siempre –comenta el “Enano”, entusiasmado-. Pero esperamos lo necesario y ahora salimos a la cancha otra vez con todas las pilas”. Claro. Con todas las pilas; gran cantidad de presentaciones en su país natal, alguna que otra gira por Europa y dos Obras que se hicieron esperar pero que llegan en la mejor etapa de una banda que en Argentina ya juega de local.
(El Acople) ¿Qué se acuerdan de la primera época, cuando todavía viajaban en carpa?
(Cebolla) Nos acordamos de todo. Cuando hicimos la primera mini-gira nos fuimos en un camioncito con las carpas, con gente que tocaba los tambores, malabaristas y hasta chicas con zancos.
(Enano) Ahí lo que hacíamos era instalarnos en el lugar el día antes de tocar para recorrer un poco la zona con los volantes y toda esa gente que nos acompañaba. Éramos como 20.
(Cebolla) Una vuelta fuimos a Punta del Este a manguear plata para morfar.
(Enano) Y en otra hubo todo un problema con la policía de Piríapolis porque nos agarramos a piñas con los dueños de un boliche que no nos quería reconocer lo poco que habíamos ganado.
(Cebolla) Con el tiempo pasamos de las carpas a dormir en los escenarios de los lugares donde tocábamos. De hecho, cuando empezamos a venir a Argentina no teníamos un mango para nada y terminamos durmiendo, por ejemplo, en el Salón Pueyrredón. En el interior de Uruguay era viajar y volver enseguida porque no teníamos nada. Volvíamos con la felicidad de que nos habían escuchado cincuenta personas.
(Enano) Es verdad que ahora todo cambió. Había cosas que no estaban en nuestras manos como el hecho de no saber lo que iba a pasar después de que sacáramos el primer disco. Para bien o para mal, todo es diferente después de que una banda lanza un compact. Empezó a pasar que cada vez venía más gente y el espectro de lugares donde podíamos tocar se hacía cada vez más chico. No podíamos estar en lugares para 6 mil personas pero tampoco en boliches muy reducidos.
(El Acople) ¿Ustedes se iban dando cuenta de que crecía tanto la bola?
(Enano) Fue todo tan rápido que sentíamos constantemente que no estábamos a la altura de lo que pasaba y que estábamos quemando etapas. ¡Si hasta en 1997 tocamos con La Abuela Coca y con Los Piojos, y eso que no habíamos sacado ningún disco y hacía nomás un año y medio que ensayábamos! Costó un tiempo tomar conciencia y plantearnos si queríamos seguir en serio con La Vela. En esa época todos laburábamos de otra cosa y de un momento para el otro nuestra propuesta dejó de ser un hobby. Así la bola empezó a crecer con todo, a tal punto que nosotros mismos intentábamos frenar el impulso para poder disfrutar un poco lo que hacíamos.
(Cebolla) Mientras en Uruguay crecíamos casi sin darnos cuenta, Argentina fue siempre un cable a tierra para nosotros, porque acá volvíamos a ser chicos y poníamos mucho esfuerzo en cada paso que dábamos. Primero tocábamos en el Salón Pueyrredón, después en el Marquee, más tarde pintó un Cemento y después dos, El Teatro, y ahora... doblete en Obras.
(Enano) En este momento nuestro cable a tierra es Europa porque vamos por ejemplo a Alemania y tocamos de vuelta frente a 25 personas. Es loco porque volvemos a Uruguay y vienen 5 mil. Es muy sano para una banda ese sentimiento de saber que llegaste a un lugar importante en algunos países, pero al mismo tiempo saber que en otros estamos recién empezando. Habíamos pensado que los alemanes iban a ser unos fríos tremendos y sin embargo nos dieron vuelta; la gente desde el tercer tema entendía tanto lo que proponíamos como nuestra actitud, y después empezaba a poguear. Por eso me sorprendió la sensibilidad de los tipos, que no entendían nada las letras pero se prendían como cualquiera.
Hacia la otra orilla del Río de La Plata
(El Acople) ¿Qué les pasó las primeras veces que vinieron para Argentina?
(Cebolla) Al principio mandamos una delegación para que encontrara lugares donde podíamos tocar.
(Enano) Vinimos e hicimos un show con Las Manos de Filippi en Showcenter. Al otro día ya teníamos invitaciones para hacer otra fecha. Por suerte tuvimos la posibilidad de hacer todos los pequeños pasos que hace una banda argentina normal. Estábamos convencidos de que hacer las cosas de esa manera iba a ser importantísimo y así íbamos a obtener apoyo real de la gente. Haber tocado en El Teatro y estar por ir a Obras es fruto de haber hecho las cosas de esa manera creíble. En un lugar más lejano como México no te podes manejar así porque queda muy lejos, pero teniendo Buenos Aires al lado...
(El Acople) ¿Encontraron particularidades en el público argentino?
(Enano) Hablando de la escena rockera, creo sin lugar a dudas que en Uruguay hay un techo. Acá también hay un tope, pero seguramente es mucho más alto que el nuestro. Y hablando del público, pienso que recién ahora la gente uruguaya y argentina son prácticamente lo mismo. Hace 15 años era imposible ver acá a un pendejo con la remera de una banda uruguaya; no existía el apoyo que hay ahora, ni la incondicionalidad ni el compromiso. Después de nuestra dictadura surgieron bandas, pero eran agrupaciones muy rockeras, muy under. “Concierto de rock” significaba “lío con la policía”; era dificilísimo hacer un show o un festival. Después la mayoría de esas bandas se terminaron separando y no pasó nada durante mucho tiempo, hasta que más o menos en el 94 se armó una nueva historia que tiene los frutos en todo el enorme fenómeno que podemos ver ahora en Uruguay. En la actualidad el público uruguayo apoya mucho el rock, y es muy parecido al de acá.
(El Acople) ¿Y cuando cruzaron el charco con qué se enfrentaron?
(Cebolla) Con los amigos, que eran los únicos que nos venían a ver pero que nos daban un apoyo terrible. Fueron pasando los recitales y por suerte empezó el “boca en boca”.
(El Acople) ¿Con el tiempo empezaron a sentir que acá jugaban de local?
(Enano) Comenzamos a notar un cariño más masivo. El hecho de tocar todo el tiempo y que la gente vaya viniendo seguido fue logrando que tanto el público como nosotros tengamos una especie de sentido de pertenencia.
(El Acople) ¿En esencia, la evolución de La Vela Puerca fue muy distinta en Uruguay y en Argentina?
(Enano) Acá todo se dio al revés que en Uruguay. En Argentina las cosas se dieron paso a paso. Fueron seis años seguidos de venir todo el tiempo porque tampoco es que caímos de la nada y crecimos. Fue un trabajo tan de hormiga que todo se fue entendiendo; eso no quita que cada vez que vengamos nos sorprendamos más. Si te ponés a pensar, por ejemplo, los Obras que vamos a hacer ahora son muy locos porque no hay ninguna banda de rock uruguaya que haya hecho cosa semejante. Es toda una parada Obras. Más allá de representar a una banda de música también sentimos que está todo el rock de Uruguay atrás de ésto.
Una banda amiga que les aguanta el nuevo disco... en Obras
“Se rompe con un sueño, con una utopía. Vos imagínate que hasta hace poco era impensable que el rock uruguayo llegara a Obras. Y está bueno ver que, al fin y al cabo, sí se puede”, dice alegremente el “Enano”. Y agrega: “En Uruguay lo mismo; que una banda rockera tocara en el Teatro de Verano parecía imposible, sin embargo sucedió, y sucedió varias veces. También se rompe con la utopía del hecho de ir a Europa porque ahora todo el mundo va. Inclusive la tercera vez que fuimos al Viejo Mundo nos encontramos con La Abuela Coca. Por eso, con el laburo de todas las bandas esos sueños se van transformando en algo posible y real. Y sinceramente, nos gusta hacernos cargo cuando nos toca abrir ese tipo de puertas”.
(El Acople) Encima se vienen con un nuevo disco...
(Enano) ¡Después de tres años! ¡Vamos, vamos! (risas). Estamos felices porque nos gustó el trabajo final y porque nos trajo un nuevo aire.
(Cebolla) Realmente hemos logrado un disco lo más sincero posible. La Vela Puerca podría haber hecho un trabajo bien fácil: repetir la fórmula de “De Bichos Y Flores”, sin jugársela demasiado, y haber salido al mercado a presentar algo estándar, pero en cambio nos jugamos hacia otro lado. Había una nueva onda, nuevos estilos de letras, nuevas cosas para decir, y nos mandamos directamente con eso. “A Contraluz” es un disco que mira para adentro, no es tan fiestero como los anteriores. Éste es para escucharlo en tu casa, tranquilo. Por ejemplo, en los primeros cd´s tenían mucho protagonismo los vientos, que le dan ese clima de fiesta, y ahora pasaron a tener más papel las guitarras con acordes melancólicos y misteriosos.
(Enano) Igual al escucharlo no es un compact cien por ciento diferente. Podríamos haber hecho algo que no tuviera nada que ver con nada, pero tampoco nos parecía justo llegar a ese extremo. Nos dimos cuenta que a pesar de meternos en otros lugares, seguimos sonando a La Vela Puerca. Escucharnos haciendo otras cosas y darnos cuenta que en esencia éramos los mismos nos puso muy contentos.
(El Acople) De movida las letras son mucho más introspectivas...
(Enano) Totalmente. Con los años de estar escribiendo uno empieza a sentirse más cómodo o con más fe para explorar otros sectores. Después de nueve años creo que en este disco me animé abordar las letras desde otro punto de vista. Y me gusta lo que quedó. Si hubiera escrito lo mismo hace algún tiempo probablemente no me gustaría porque era otro momento de mi vida y de la banda. También salieron bastantes canciones introspectivas porque en estos tres años sin grabar aprendí a no buscar “la” canción; es mejor sacar todo afuera de uno y después sí tener conciencia de que podés hacer temas muy buenos y otros horribles. Esa mentalidad te ayuda a no frustrarte. Cuando empezamos con La Vela ni siquiera me animaba a escribir porque estaba muy enfocado en algo específico y al final terminaba no saliendo nada. Ésa es la parte positiva de sacar un disco con tres años de diferencia con respecto al anterior: al final del proceso no sale un disco “collage” sino algo coherente.
(El Acople) ¿Qué piensan que puede pasar después de algo como Obras?
(Enano) Puede pasar que vengan otras bandas y también hagan Obras. Vas tocando en lugares más grandes e invitando otros conjuntos uruguayos y eso también empieza a abrir nuevos caminos. Nos encanta y lo hemos hecho desde el principio. Cada espacio que podemos abrir con La Vela Puerta tratamos que también sirva para otras cosas.
RECUADRO: La libertad del nuevo trabajo
Sebastián Teysera cuenta los detalles de “A Contraluz”, el nuevo disco de La Vela Puerca, que va a ser presentado de manera oficial en Buenos Aires el 19 y 20 de noviembre en Obras Sanitarias.
1) “El nombre del cd al principio era un tema que después terminó siendo “De atar”. Hicimos el cambio porque no nos gusta que coincida el título del disco con el de una canción porque le tirás al tema un fardo y un peso que tal vez no se merece”.
2) “El mensaje es que como hubo un cambio en lo musical –que ni siquiera sabemos bien hacia dónde apunta- estamos como a contraluz; cuando ves algo a contraluz no distinguís bien qué es”.
3) “Al no poder ver bien las cosas que tenés adelante también te empezás a mover con más libertad. De hecho le dimos el disco a la gente que hizo el arte de tapa y les pedimos que crearan las imágenes que les despertara la música. Libremente”.
4) “Los tres discos son La Vela Puerca en su mejor momento”.
Estadía:
Una hora
Paisaje:
Oficinas de Universal Music Argentina
Clima:
Calurosísimo
Estimulante:
Sólo la buena onda
Tercer tiempo:
Partido Uruguay - Bolivia
Entrevista: Nacho Girón (Redacción de El Acople)