En República Cromañón, y frente a casi 400 personas, una de las bandas de mayor renombre en la escena rocanrolera local, presentó su sexto disco. Aunque la convocatoria no fue la mejor, la noche contó con una síntesis perfecta de los largos años de vida de la agrupación. El resto, lo cuenta la gente que asistió al show.
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Los climas de la noche iban cambiando cada vez más. Todo BLUES MOTEL se encargaba de conjugar, en la medida justa, melodías ásperas y duras –estilo ”Exile On Main Street”- con la vigorosidad innata que tienen sus canciones –instrumentalmente hablando- y con la extraña y delicada voz de GABRIEL DIAZ, que cuaja a la perfección con lo que la agrupación sabe ofrecer desde 1988.
Solo después de varios años de giras y perfeccionamiento se animaron a dejar su primer legado discográfico sobre la faz argentina. Aquel ”Volumen 1” les abría las puertas a un mundo tan atractivo como difícil –aún hoy tiene esas características- en el que se zambulleron sin miedo a nada, con el único objetivo de regalar música e intentar darle forma a un estilo personal y poco encasillable.
2004 los encuentra con un disco recién salido del horno con el que, a través de quince tracks, logran mostrar la evolución y el camino por el que transitó esta banda desde sus inicios. ”Corazón De Buey” vendría a ser, entonces, una síntesis contundente, un hilo que une todos sus trabajos y que puede ayudar a que BLUES MOTEL logre consolidar su convocatoria como ya supo hacerlo en la parte compositiva.
”Vengo a ver a BLUES MOTEL porque su música no es la misma de todas las bandas del estilo” –dice Germán, un seguidor del barrio de Almagro, durante el recital-. ”No sé, se nota que los locos buscan algo diferente y no les gusta aburrirnos...”. Y no termina la frase, porque sale disparando a corear “Brujos”, uno de los temas más festejados de la noche.
Rey de reyes
Antes de “Blusmo” la noche contó con una pizca de reggae por parte de NEGUSA NEGAST. Esta banda de La Plata –que tampoco se estanca en el reggae propiamente dicho sino que se anima también al Rocksteady, al Dance Hull y hasta al ska-, se las ingenió para entretener a todos mientras todavía llegaba público y hasta se despidió con una ovación desde abajo del escenario.
La lista se basó en las canciones de su único compact: ”Rey De Reyes” –grabado en el estudio de KARAMELO SANTO-. Y a pesar de no conocer los temas, la gente se copó, sobre todo en “Libre”, “Reggae music” y “Espíritu”, canciones siempre agitadas por ocho integrantes que parecen tenerla clarísima cuando se encienden los micrófonos.
Nunca pararán
”Mirá que increíble”, comenta otro fanático, esta vez durante una birra after show. ”Todavía no conocemos bien los temas nuevos, pero da la sensación de saberlos desde siempre”. Es verdad, y ese sentimiento está presente aunque toquen frente a 300 personas –como estaba pasando esa misma noche- o aunque llenen El Teatro.
Esos estrenos de los que se habla antes y después del espectáculo no son tantos, pero alcanzan para delinear una especie de concepto de ”Corazón De Buey”; letras que no se hilan, que cuentan anécdotas de personas como vos, de individuos que siempre están “Atravesando las tormentas”, de gente que “Arde”, pero que arde con “Calma”.
En resumen, un cd que ofrece historias de vida, de manera simple y sintética, pero que no se queda en la desgracia. Sino, recordar la letra de “Despegar”, un nuevo tema con inexorable pasta de hit: ”Después de tocar fondo solo queda emerger”. O la de “Atravesando..”, en la que BLUES MOTEL afirma que ”siempre son buenas las tormentas” -¿habrá alguna relación con la fuerte enfermedad que tuvo el baterista RAFAEL GILDENBERGER muchos años atrás?-.
Todo esta vitalidad, que es normal en la banda, se intercaló con los viejos clásicos propios, como “¿No parece extraño”, “Tanto tiempo ausente” y el infaltable “Es hora de volverlo a hacer”, y también con los éxitos ajenos, léase “No expectations” y “Honky tonk woman”.
”Estaría bueno que ahora BLUES MOTEL pueda meter cada vez más gente cuando toque. La música está y el talento también. Falta un poco de suerte nomás”, sintetiza Julieta, de Castelar.
Y si lo pide la gente, palabra santa.
Nacho Girón (Redacción de El Acople)